jueves. 18.04.2024
Vacuna frente al Covid-19
Vacuna frente al Covid-19

Investigadores de Estados Unidos continúan con su proceso de desarrollo de nuevas vacunas contra el Covid-19 más modernas y eficaces que las actuales. En este sentido, desde la Universidad de California ya han comenzado a experimentarse con las primeras dosis capaces de soportar el calor, con virus de plantas o bacterias como ingredientes principales, según publican en el 'Journal of the American Chemical Society'.

Estas nuevas dosis, que se encuentran en fase de desarrollo, no necesitan de nevera, a diferencia de las que hasta ahora han comenzado a inyectarse. Asimismo, los investigadores han probado que la respuesta en ratos ha desencadenado una elevada producción de anticuerpos neutralizantes contra el SARS-CoV-2. Si resultan seguras y eficaces en las personas, podrían suponer un gran cambio en los esfuerzos de distribución mundial, incluidos los de las zonas rurales o las comunidades con pocos recursos.

"Lo interesante de nuestra tecnología de vacunas es que son térmicamente estables, por lo que podrían llegar fácilmente a lugares donde no es posible instalar congeladores de temperatura ultrabaja o hacer circular camiones con estos congeladores", explica Nicole Steinmetz, profesora de nanoingeniería y directora del Centro de Nanoinmunoingeniería de la Escuela de Ingeniería Jacobs de la UC San Diego.

Ventaja de estas vacunas

Los investigadores crearon dos vacunas candidatas a la COVID-19. Una está hecha de un virus vegetal, llamado virus del mosaico del caupí. La otra está hecha a partir de un virus bacteriano, o bacteriófago, llamado Q beta. En este sentido, los investigadores señalan varias ventajas de utilizar virus vegetales y bacteriófagos para fabricar sus vacunas. Por un lado, pueden ser fáciles y baratos de producir a gran escala. "Cultivar plantas es relativamente fácil y requiere una infraestructura no demasiado sofisticada --afirma Steinmetz--. Y la fermentación mediante bacterias ya es un proceso establecido en la industria biofarmacéutica".

Otra gran ventaja es que las nanopartículas de virus vegetales y bacteriófagos son extremadamente estables a altas temperaturas. Por ello, las vacunas pueden almacenarse y enviarse sin necesidad de mantenerlas en frío. También pueden someterse a procesos de fabricación que utilizan calor.

"Imagínese que los parches de la vacuna pudieran enviarse a los buzones de nuestras personas más vulnerables, en lugar de tener que salir de sus casas y arriesgarse a la exposición", apunta Jon Pokorski, profesor de nanoingeniería en la Escuela de Ingeniería Jacobs de la UC San Diego, cuyo equipo desarrolló la tecnología para hacer los implantes y los parches de microagujas.

Otra ventaja de este epítopo en particular es que no se ve afectado por ninguna de las mutaciones del SARS-CoV-2 que se han registrado hasta ahora. Esto se debe a que este epítopo procede de una región de la proteína de la espiga que no se une directamente a las células.

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