miércoles. 24.04.2024

Agreden a camareros por no servirles comida fuera del horario permitido. La Guardia Civil de Tocina (Sevilla) ha detenido a tres personas, mayores de edad y vecinos de la localidad, por agredir y amenazar, supuestamente, a los camareros de un establecimiento de comida rápida, "tras la negativa a serviles comida fuera del horario establecido a la hostelería como consecuencia de las medidas sanitarias frente a la Covid decretadas por las administraciones.

Estas personas, además, insultaron a los camareros por su condición de extranjeros. La Guardia Civil acudió de inmediato al lugar y detuvo a estas tres personas, según informa en un comunicado.

Los empleados informaron a dichas personas de que no podían serviles comida "por estar fuera del horario establecido" y los ahora detenidos empezaron a amenazarles de muerte; "arrojando una botella de cristal sobre uno de ellos, e incluso esgrimieron una navaja".

Ambas víctimas tuvieron que ser asistidas en centro médico de Tocina. E incluso uno de ellos sufrió un arañazo en la cara al esquivar la agresión con una la navaja. Los detenidos han sido puestos a disposición del Juzgado de Guardia de Lora del Río.

Explotación laboral

Por otra parte, la Policía Nacional ha detenido a cinco personas de una organización criminal dedicada a la trata de seres humanos con fines de explotación laboral; completando así la desarticulación de dicha red iniciada en 2019. Los detenidos, a los que se les imputan delitos de trata de seres humanos con fines de explotación laboral y pertenencia a grupo criminal, se dedicaban a captar ciudadanas de nacionalidad nicaragüense para su explotación laboral en España en el sector de trabajos domésticos.

La operación acometida continuaba las detenciones practicadas en diciembre del año pasado, cuando agentes de la UCRIF III de Sevilla descubrían la existencia de una organización criminal que captaba a mujeres en Nicaragua; bajo la promesa de venir a España y conseguir un trabajo digno como empleadas de hogar internas.

A las víctimas les entregaban un billete de avión con destino a París (Francia) y desde allí a Bilbao, así como 1.000 euros para el cruce de la frontera con el fin de garantizar su entrada como turistas, cantidad que después les era retirada a su llegada a Bilbao. Además, aprovechándose de sus necesidades económicas, eran obligadas a firmar un contrato en el que la organización se quedaba con las viviendas de las víctimas. E incluso las de sus familiares en su país de origen, si no saldaban la deuda adquirida; llegando incluso a retirarles las escrituras de las viviendas con las que avalaban los futuros pagos.

Alojadas en las Tres Mil Viviendas

Una vez en España, eran transportadas a Sevilla y alojadas en viviendas de la barriada de las Tres Mil Viviendas. Allí compartían piso con otras víctimas y pagaban hasta 150 euros mensuales; llegando a darse la circunstancia que los fines de semana que libraban compartían las habitaciones con hasta 15 chicas.

Una vez seleccionadas para trabajar como internas en algún domicilio, tenían que abonar 500 euros para ir saldando la deuda. Y a pesar de estar internas, tenían que seguir abonando mensualmente el alquiler de la cama donde pernoctaban en las viviendas.

Agreden a camareros por no servirles comida fuera del horario permitido