Álvarez Duarte, que estás en los cielos… de Andalucía
Fallece el prestigioso escultor con obras en Sevilla, Cádiz, Jerez y San Fernando
Andalucía -y, con Andalucía, España y buena parte de Hispanoamérica- se estremece -se estremece con desgarros de dolor- porque el pasado día 9 del presente mes de septiembre una gubia cayó estrepitosamente en suelo del taller sevillano del magistral imaginero Luis Álvarez Duarte. Una gubia que saltó de la mano del artista para bajar al vacío del desconcierto.
El maestro estaba trabajando entonces en un San José, de talla completa, para la Línea de la Concepción. A sus 70 años bien cumplidos y aún laborando a destajo según los mandamientos de su don divino. Un ictus fatal lo postró en la horizontalidad de la inmediata hospitalización. El zarandeo le sobrevino demasiado fortuitamente…
Fallecía este pasado viernes 13, que también parece tocado por un negro sambenito el maridaje de la fecha. Moría, recostado en las ingrávida superposición de oraciones que muchísimas Hermandades del sur del Sur elevaban a los cielos de las causas no siempre imposibles.
Precisamente hacia las estancias celestes de color verde esperanza, como los ojos de algunas de las Vírgenes que tallara en vida, ha subido ahora este hacedor de ensueños cofrades, este trabajador a mano, a ojo, a tenor de su facultad autodidacta y las sabias enseñanzas heredades de cimeros autores clásicos como Francisco Buiza, Rafael Barbero, Antonio Eslava o el mismísimo Sebastián Santos.
La obra de Álvarez Duarte es crucial para interpretar -para entender de entrada- la actual Semana Santa andaluza. Pese a que además tenga producción repartida por toda España y buena parte de Hispanoamérica. Sevilla, Cádiz, Jerez y San Fernando quizá a la cabeza de una relación que ha traspasado las lindes del tiempo. También con legado en Algeciras, Rota (y su magnífico Resucitado), Sanlúcar de Barrameda, Arcos, Setenil o Conil (¡que bella su Virgen del Carmen con niño Jesús en brazos -niño que robaron y Duarte les hizo otro nuevo-!).
En San Fernando deja imágenes tan relevantes como la Estrella (Borriquita), la Trinidad (Medinaceli) y Piedad (Misericordia), trabajos ejecutados entre 1975 y 1979. En 1976 restauró a Nuestro Padre Jesús Nazareno. En la Isla realizó el servicio militar y allí, además, enhebrándose evidentes vínculos afectivos con la localidad, el Ayuntamiento le dedicó -corría el año 2008- una rotonda -sita entre la carretera de Camposoto y junto al parque de bomberos- como consecuencia directa de la petición de las Hermandades.
Cádiz posee notabilísimas tallas de Álvarez Duarte. Por ejemplo el Señor de las Penas, la Virgen de la Caridad y la Virgen de la Esperanza (Cigarreras). Restauró la Virgen de las Penas (dela Palma) y la Virgen de la Soledad (Santo Entierro). Para Jerez de la Frontera tallaría la Virgen del Buen Fin (Lanzada), la Virgen de la O (Defensión) y todas las figuras del imponente misterio de la Hermandad de la Coronación de Espinas.
Sevilla, ciudad mariana por antonomasia, como no podía ser de otra manera igualmente abraza un exquisito legado escultórico de este último imaginero clásico de la Semana Santa. La tierra de María Santísima, así, posee la Virgen de los Dolores, titular de la Hermandad de San José Obrero, la Virgen de Guadalupe (Hermandad de las Aguas), el Cristo de la Sed y la Virgen del Patrocinio (Cachorro). Restauró a la Esperanza de Triana.
En la capital hispalense a su vez se prodigó en monumentos públicos, entre los que podemos destacar el de Juan Manuel Rodríguez Ojeda frente a la Basílica de la Macarena. En el capítulo de distinciones cabe subrayar que el 17 de enero de 2006 fue nombrado académico de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría. Descanse Luis en la paz del Señor.