La Policía Nacional de Sevilla ha detenido a siete miembros del clan de Los Portugueses, dedicado presuntamente a la extorsión de personas en la barriada de Torreblanca, con el fin de quedarse con los pisos de los extorsionados y utilizarlos para el cultivo de marihuana.
A los detenidos, que actuaban en sus extorsiones con gran violencia y armas de fuego, se les imputan delitos de pertenencia a organización criminal, tráfico de drogas, amenazas, tenencia ilícita de armas y defraudación de fluido eléctrico.
Toda la investigación empezó tras la denuncia de una persona anónima por las denuncias con armas de fuego por parte de un conocido clan familiar del barrio de Torreblanca. Al parecer, la víctima contó que le iba a devolver cien euros que le habían prestado hace un mes, cuando uno de los integrantes del clan decidió romper con el acuerdo y le exigió su vivienda para saldar la deuda, a lo que este se negó.
Días después, durante la noche, una multitud de gente se personó en el domicilio de la víctima. Por la fuerza, sacaron a sus tres hijas menores a la calle, llegando a hacer uso de un arma de fuego con la que amenazaron de muerte a toda la familia y les exigieron que se marcharan de la vivienda en esos momentos.
Las múltiples diligencias realizadas por el Grupo de Atracos de Sevilla determinaron que los presuntos autores de los hechos pertenecen al conocido clan familiar de los Portugueses, afincados en la barriada de Torreblanca.
Un clan criminal perfectamente estructurado
El clan familiar estaba compuesto por un gran número de personas, teniendo cada una de ellas un rol determinado en el entramado criminal. La finalidad de esta organización era apropiarse de las casas o pisos en la barriada, con el objetivo de transformar las viviendas en auténticas plantaciones de marihuana con el peligro de incendio que esto lleva para los vecinos.
Para lograr las viviendas, los detenidos utilizaban la violencia hasta que estos cedían en abandonar la vivienda. En cuanto la Policía tuvo localizados a los miembros del clan, establecieron un férreo control con más de 100 agentes para realizar once entradas y registros simultáneos.
En las entradas a los domicilios se encontraron con hasta siete plantaciones de marihuana, interviniéndose 65 kilos de dichas plantas, cartuchos del calibre 12/70 y un arma blanca, entre otros efectos.
A pesar de la peligrosidad de estas personas no presentaron oposición en el momento de ser arrestadas, debido al gran despliegue policial que se organizó en la zona.
