viernes. 19.04.2024

Rafael de Paula se entrega al público en las IV Veladas Taurinas

La segunda jornada ha congregado a numeroso público para escuchar a Manuel Antonio García Paz y aclamar a Rafael de Paula

El 11 de estos días de septiembre fue una ocasión oportuna para desarrollar no una diada sino una Velada Taurina de las que se guardan en la memoria. La sala El Estribo del Hotel Jerez estaba con el cartel de No Hay Billetes colgado y el público esperaba con un no sé qué en el pecho. El ambiente, desde luego, era de expectación, de la expectación de las grandes tardes que se han vivido tantas veces en el Coso de la Malata, cuando se anunciaba Rafael de Paula en las Corridas del Arte del Toreo, y también en las demás tardes, porque cuando toreaba el gitano de Santiago íbamos a una Corrida del Arte.

Manuel Antonio García Paz

La segunda sesión de la edición de las Veladas Taurinas del Hotel Jerez 2019, organizadas por la Fundación Cultura Taurina, ofrecía como primer plato una ponencia sobre “Las plazas de toros de Jerez” a cargo de Manuel Antonio García Paz, experto en Patrimonio Histórico.  El ponente dedicó especial atención a la Plaza del Arenal como sede durante mucho tiempo de las fiestas de toros y cañas, alabada por los autores como una de las plazas más espaciosas y adecuadas de España; al efecto, presentó la foto de un grabado que representa la plaza en el siglo XVII. Refirió que, a lo largo del tiempo, hubo también otros puntos de la ciudad donde se corrieron toros, como la Puerta de Rota, la plaza del Mercado, la plaza del Arroyo, la explanada de la Porvera frente a la Puerta Nueva, el llano de San Sebastián, el llano de las Angustias, El Ejido (una primera plaza frente al convento de los Descalzos), y la plaza de San Dionisio (quizás la conocida hoy como plaza de Plateros). En estos lugares se trataba básicamente de construcciones temporales a base de talanqueras y tablados.

A principios del siglo XVIII aparecen los toros de cuerda y el gran Pedro Romero toreó por primera vez en su vida el año 1774 en la segunda plaza de El Ejido (la cual duró hasta 1813). En 1840 se levantó, bajo diseño de Juan Durán, nueva plaza en el Pago de la Malata y se inauguró con los toreros Paquiro y Gaspar Díaz, ante toros de Saavedra; en 1860 fue destruida por un incendio. Se reconstruyó por José Esteve y se reinauguró en 1872. En 1891 hubo otro incendio que volvió a destruir el edificio pero esta vez sin lastimar el muro exterior. Tras las obras de reedificación, dirigidas por Francisco Hernández Rubio, y conservando en su totalidad los muros salvados del fuego se inauguró el inmueble que ahora tenemos el 2 de agosto de 1894; los toros fueron de Villamarta y los toreros eran Guerrita y Bonarillo.

El ponente citó dos plaza más; una es la de tientas en la finca cartujana Salto al Cielo, aún existente, y otra el Circo Cárdenas (situada en la confluencia de la calle Santo Domingo con el callejón de Paúl), de breve existencia. En la plaza actual de Jerez el torero que más veces ha actuado es Rafael de Paula, con más de sesenta veces, aparte de doce como novillero, seguido de Curro Romero.

Rafael de Paula

El plato principal consistió en una charla coloquio sobre “La Corrida del Arte del Toreo”, con el genio del toreo Rafael de Paula. Las corridas del Arte del Toreo comenzaron en el año 1964 y Paula participó en quince ediciones de las veinte que hubo (aparte de participar en doce ediciones de la Corrida-concurso). Cuando, entre aplausos, Paula subió al estrado, Jerónimo Roldán lo presentó diciendo sólo que hablar de la Corrida del Arte del Toreo es hablar de Rafael de Paula. A partir de ahí, éste empezó hablar, a su ritmo, y no paró hasta que llegó la hora de terminar. El público estaba entregado a Paula y Paula se entregó al público.

Fandango espontáneo a Paula

Ya la ovación de inicio, cuando llegó a la sala del brazo de Antonio Caro Gil, había sido enorme. Por momentos había un silencio religioso; por momentos había aplausos, que se repetían una y otra vez. Se le cantó un fandango en medio de la sala y le soltaban piropos de cuando en cuando, empezando por Angelita Gómez. Rafael se  explayó como el que está realmente encantado. Contó que en 1964 se encontraba en la mili cuando le ofrecieron para finales de junio una corrida en solitario con seis toros de Guardiola para reaparecer en Jerez; se llenó la plaza y cortó cinco orejas. En esa corrida actuó de sobresaliente Rafaeli, quien recibió una cornada fuerte en el quinto toro. A los pocos días anunciaron otra con toros de Guardiola para Antonio Bienvenida, Curro Romero y Rafael de Paula; decidieron llamarla la Corrida del Arte del Toreo.

Se confesó. “Ahora se torea de una forma distinta de antes. No voy ahora a los toros porque me aburro”. El toro, sin embargo, sigue siendo el mismo animal misterioso porque, desde que sale del toril hasta que se lo llevan las mulillas, no hay dos toros iguales. Respecto a que los intelectuales estuvieron a su favor manifestó que siente emoción y que lo más importante es el ser humano; lo que llena de esperanza es que hay grandes personas. Con que uno te entienda, eso te basta.

Sobre el poeta José Bergamín dijo que con él tuvo una relación muy bonita y era de los hombres que dejan huella. La maestra del baile Angelita Gómez  se levantó y exclamó “enhorabuena, que vivas tú y que viva el arte”. Como un resorte saltó Eduardo Navarro y se marcó un fandango cantado con toda el alma. “Gitano,/ no hay quien que toree más gitano,/ más bonito y más gitano,/ porque naciste en Jerez,/ en el barrio de Santiago/ y te llamas Rafael”.

Rafael Valenzuela y Benito Carral entregaron sendos recuerdos a Manuel Antonio García Paz y a Rafael de Paula. Al final, como postre, Paula se tomó una copa con todo el mundo y la sesión de fotos fue interminable, aguantado con gusto el cariño de la gente. Sentado en una silla y recibiendo saludos, parecía una ceremonia de pleitesía a un rey. Se fue y la gente permaneció en el salón una hora más.

Rafael de Paula se entrega al público en las IV Veladas Taurinas