jueves. 25.04.2024
Morante
Morante

El 14 de mayo se ha celebrado en Jerez de la Frontera (Cádiz) una corrida de toros organizada por la empresa Funtausa. Con cielo enmarañado y viento a veces molesto, la entrada ha sido de lleno. Preside Fernando Núñez, nuevo en esta plaza. Ameniza la Banda Municipal de Música “Acordes de Jerez”, dirigida por Domingo Díaz.

Se sueltan seis toros de Torrestrella (hierro que pasta en Benalup, Cádiz), de peso entre 450 y 520 kilos, con juego variado y en general desrazados. En el arrastre, el tercero es ovacionado y el primero, pitados; el segundo tuvo división de opiniones.

José Antonio Morante de la Puebla, honda caída; silencio. Pinchazo y media desprendida; una oreja.

Juan Ortega, pinchazo y entera arriba con dos descabellos; algunos pitos. Dos pinchazos y entera con derrame; algunos pitos.

Andrés Roca Rey, entera contraria y tres golpes de descabello, con aviso; ovación. Gran estocada de efecto rápido; una oreja con fuerte petición de la segunda.

Incidencias: se interpreta el Himno Nacional antes de arrancar el paseíllo. Con las banderillas se desmontera Abraham Neiro (de la cuadrilla de Ortega) y está bien Juan José Trujillo (de la cuadrilla de Morante). Hay una sonora bronca contra el presidente por denegar la segunda oreja a Roca Rey, que es acompañado por muchos jóvenes en la vuelta al ruedo y en la salida.


Ha empezado la última jornada taurina de la Feria del Caballo 2022 con un acto entrañable de reconocimiento a la vida y obra de Álvaro Domecq, plasmado en una placa de cerámica instalada en el cañón de la entrada principal de la plaza. La palabras, temblorosas por momentos, mostraban la emoción y el agradecimiento a la afición que sentía el señor del caballo y el toro, arropado como estaba por la mejor representación del mundo taurino jerezano. Vaya nuestra enhorabuena. ¿Y por la tarde?

Morante de la Puebla

Morante de la Puebla, de marrón oscuro y plata con medias blancas, a su primero, corniapretado, aplica un buen recibo por verónicas avanzando y media pero el toro, al terminar, pierde la verticalidad.

En el caballo hay puya cuidadosa y el quite es breve. Ya hemos dicho que Trujillo está bien con los palos sin llegar al desmontere. El inicio de faena es por ayudados por alto hasta el tercio; el viento molesta mucho y hay dos tandas cuidadosas a media altura; por el pitón izquierdo los pases salen de uno porque el toro no pone interés y Morante va a por el estoque. La estocada es ejecutada saliéndose de la suerte.

En su segundo, burraco, realiza un saludo desganado en tablas. En el caballo el toro se duerme y la puya queda trasera; Morante no intenta ningún quite y se oyen pitos a su abulia. Los son manifiestamente mejorables; Lili, en su segundo par, entra tres veces y finalmente deja un palo de sobaquillo.

Tras un inicio de faena por alto, vemos una serie de pases lentos que anima al personal; en la siguiente el toro acude cansino, por lo que hay que esperarlo y el torero lo hace poniendo de su parte lo que ya no se esperaba para rematar con molinete belmontino y toque de pitón; viene ahora una tanda buenísima de pases a cámara lenta, aguantando mucho, y por si no ha quedado claro a alguien repite otra igual, levantando a la gente de sus asientos.

Morante
Morante

Esto es Morante en estado puro, con todas sus facetas las buenas y las malas. A la hora de la estocada, en el primer intento no entendemos que ponga al toro oblicuo y divergente a las tablas, después de que el animal haya exhibido falta de empuje; en el segundo intento corrige y pone al toro paralelo a las tablas. El alguacilillo tiene que ir al desolladero para recoger la oreja concedida después de arrancar las mulas.

Juan Ortega

Juan Ortega, de sangre de toro y azabache, en su primero, bonito, aplica un recibo liviano, pasándole el capote por la cara. En el caballo mete los riñones y la puya es buena. Los palos no tienen historia. La faena es un visto y no visto: le pasa la muleta por la cara (como hizo con el capote) y coge el estoque. El toro no era un dechado de virtudes pero el torero no ha querido esforzarse.

Juan Ortega
Juan Ortega

A su segundo no quiere verlo a la hora del capote. El subalterno José Chacón lo lleva al caballo entre pitos del público, indignado con la desgana del maestro; la pelea es mala y la puya, larga; Ortega inicia un quite y renuncia entre apuros; Chacón lo lleva otra vez al caballo, para que quede bien domadito. Neiro salva el honor de la casa.

Con la muleta salen unos pases de aliño y algún (uno) derechazo suelto. Al coger el estoque se reanudan los pitos de protesta. Este torero desdibujado no es el Juan Ortega que el año pasado salió de esta plaza a hombros.

Juan Ortega
Juan Ortega

Roca Rey

Roca Rey, de rosa y oro, a su primero, colorado, le da un gran recibo, con verónicas poderosas, con algún delantal y media, muy aplaudido. En el caballo empuja con fuerza; el quite va por chicuelinas ajustadas y tafalleras. En las banderillas algún par se pone entre apuros. Inicia la faena con pases por alto a pies juntos, rematados con el de pecho y el de desprecio; siguen dos buenas tandas, de gran quietud, con algún cambiado por la espalda y algún susto.

Por el pitón izquierdo primero lo torea aguantando tornillazos pero luego empieza a llevarlo despacio, ahormándolo; el remate de ese trabajo llega, de nuevo por la derecha, con una buena serie terminada en uno de pecho grande. La preparación para la muerte la hace con sólo un ayudado. La espada le quita la oreja que estaba ganada.

Roca Rey
Roca Rey

En su segundo, burraco, hay un recibo con capotazos sin llegar a entusiasmar al personal y media que se queda a la mitad. Acude presto al peto y empuja para recibir puya buena de Molina, que va a recibir aplausos conforme se retira tras saludar.

Con los palos hay cosas interesantes. Tras brindar a un particular, Roca se va directamente a la boca de riego y saca una serie pausada de un animal que quiere flojear y sigue otra serie ligada; con la izquierda hay toreo de uno en uno con un cambiado por la espalda de infarto y el de pecho, grande; a diestra de nuevo sigue el toreo de ases lentos (y muy peligrosos), con otro cambiado por la espalda pero es desarmado; no cede y repite otra con más cambiados espaldares, pasando a las cercanías y al circular, aguantando parones tremendos. Tras coger el estoque, cuando ya parecía que no se podía hacer más, se pone a sacar luquinas (con el estoque en el suelo).

Roca Rey
Roca Rey

La estocada es la mejor de la feria y mientras el toro cae rápido la plaza estalla en gritos de “torero, torero”. La petición de segunda oreja es clamorosa y persistente; como no sale el segundo pañuelo la gente lanza gritos de “fuera, fuera” al presidente cuando el alguacilillo va a entregar la oreja. Al terminar el torero la vuelta (que finaliza acompañado de muchos jóvenes) se renuevan los gritos de “fuera, fuera” con los abucheos y los pitos.

Cuando, terminada la corrida, las cuadrillas se retiran saltan a la arena nuevos jóvenes que quieren acompañar a Roca Rey en su salida. Por un momento, pensamos que lo quieren sacar a hombros, en desagravio.

El presidente, que hoy ha debutado como tal, no ha tenido buen día de estreno. La bronca es de las que hacía tiempo no se escuchaban por estos lares. Le ha negado al torero peruano y español la segunda oreja, que significaba puerta grande, después de haber puesto una gran estocada. Bien, una segunda oreja debe darse en atención a unos determinados requisitos y especialmente a la estocada. El presidente habrá tenido en cuenta algunos de esos requisitos pero no desde luego la estocada, que ha sido, ya decimos, la mejor de la feria. En consideración al público que le ha abroncado, la mejor medida será que en próximos e inmediatos días dé una explicación sobre los motivos que le han llevado a su decisión de hoy. No le será difícil, suponemos, pero los aficionados y el público lo agradecerán.

En Jerez Morante y Roca Rey salen a oreja cada uno