viernes. 19.04.2024
Morante de la Puebla se despide de El Puerto
Morante de la Puebla se despide de El Puerto

Plaza de toros de El Puerto de Santa María (Cádiz), 7 de agosto de 2021. Corrida organizada por la empresa Circuitos Taurinos, correspondiente al tercer festejo de abono en la mini temporada de verano 2021. Cielo soleado con viento de poniente. Lleno el aforo permitido. Preside Rafael Comino. Ameniza la Banda “Maestro Dueñas”, dirigida por Javier Alonso.

Se lidian toros de Tomás Prieto de la Cala (hierro que pasta en San Juan del Puerto, Huelva), con pesos entre 480 y 585 kilos, de buena presencia y sin juego en la muleta, y un sobrero de Parladé, con 470 kilos, descastado. En el arrastre, todos, incluido el sobrero, fueron pitados.

José Antonio Morante de la Puebla, de celeste y oro con montera de perfil antiguo, se anuncia como único espada para los seis toros. Álvaro de la Calle y Diego Hermosilla se anuncian de sobresalientes.

  • Felino: honda que acaba entrando sola por completo; silencio.
  • Jaecero: pinchazo; silencio.
  • Veragüeño: pinchazo y honda habilidosa; silencio.
  • Dormilón: pinchazo, honda desprendida y delantera con descabello; pitos.
  • Veleidoso: dos pinchazos; silencio.

Escandaloso: pinchazo y media tendida que surte efecto; silencio seguido de bronca final.

Incidencias: antes de iniciarse el paseíllo suena el Himno Nacional. Al acabar se dedica una ovación cerrada a Morante por la gesta de anunciarse solo con los veraguas. Entre las cuadrillas, Ferreira y Ramírez se desmonteran al parear el segundo. Al final del festejo se lanzan almohadillas al ruedo.



En los aledaños de la plaza se ve ambiente de las grandes tarde taurinas, porque hay ganas de ver en qué queda la gesta de anunciarse un torero en solitario con los toros vazqueños y veragüeños de Prieto de la Cal, y ese torero es Morante, del que sus seguidores dicen siempre que no puede enfrentarse con toros “a contraestilo”. No puede haber toros más a contra estilo para Morante que los que pastan en La Ruiza. Para poner el toque romántico, el torero y su cuadrilla habitual acuden en coche de caballos. Nos alegra ver en el palco presidencial de nuevo a don Rafael Comino.

En el primer toro, jabonero bien presentado que remata por donde va, saluda con una brega en el tercio pero luego retrocediendo a tablas y finalmente se va a los medios sin terminar de asentarse, con los subalternos de aquí para allá. El toro va dos veces al caballo y en la segunda le tapan la salida, lo que no es obstáculo para que dediquen aplausos al picador. En las banderillas Trujillo saluda, sin desmonterarse, una ovación. La faena de muleta se reduce a un pasar por la cara en el cual sufre un derrote, compensado con aplausos. En un visto y no visto se perfila para entrar a matar entre aplausos (como si fueran un castigo para el toro)

Morante de la PueblaMorante de la Puebla

En el segundo toro, jabonero bien presentado que remata, el saludo consta de dos o tres lances y luego empieza a pasarle la tela por la cara. Siro se lleva al toro hacia al lado opuesto andándole para atrás entre palmas. La primera vez que el toro va al caballo no hay pelea; la segunda vez va airoso y empuja de frente; va una tercera y le aplauden sólo por eso.

La faena comienza en tablas citando en corto para ayudados por alto y ayudados por bajo pero el animal empieza enseguida a mansear, con lo que Morante le pasa la tela por la cara y se perfila.

1 Toro de Prieto de la CalToro de Prieto de la Cal

En el tercer toro, jabonero aplaudido de salida, como toma bien el capote Morante aplica algunas verónicas, jaleadas más que otra cosa. En el caballo empuja de frente y metiendo los riñones pero al salir y ser capoteado claudica; la segunda vez es bien cogido por Israel de Pedro pero vuelve a perder la manos al salir; va, innecesariamente, una tercera vez. Fernando Sánchez pone un gran par de banderillas.

La ¿faena? Se reduce a un breve pasar por arriba sin lograr ningún pase y a perfilarse; no ha habido ni siquiera preparación para la estocada.

En el cuarto toro, negro corniapretado que es aplaudido de salida (quizás por ser negro), como embiste al capote, vemos un ramillete de verónicas. Álvaro de la Calle lo lleva al caballo, donde hay puya larga y corregida varias veces, tras lo que al salir cae; una segunda puya es breve.

Los rehiletes se ponen con altibajos. La faena nuevamente se reduce a unos ayudados por alto en tablas, tras los cuales pierde el cornúpeto las manos y Morante lo prepara, en el tercio, entre abucheos.

Tercio de varasTercio de varas

En el quinto toro, negro, se estira y desarrolla un buen saludo capotero que despierta el entusiasmo de los pacientes aficionados. La puya es moderada y al salir pierde las manos aparatosamente entre protestas; va la segunda vez y le dan más de lo que puede soportar (hay palmas de tango). Otra vez Fernando Sánchez pone un gran par.

La faena inicia por bajo andando hacia adelante y luego vemos en el tercio dos tandas, que no llegan a más por la debilidad del toro que a continuación se acuesta sin pedir permiso ni disculpa ante tal falta de educación. Cuando recibe los dos pinchazos se vuelve a acostar pero creemos que no es por efecto de ellos sino por puro aburrimiento.

Morante de la PueblaMorante de la Puebla

Este sobrero ha salido por ser devuelto el titular, que se emplazó de inicio obligando a salir cinco subalternos a la arena, mientras Morante se metía en el callejón y la gente no sabía muy bien por qué se devolvía.

Es curioso que lo sustituye un animal descendiente de los que sustituyeron a los veraguas en el pial de Domecq allá por los años treinta; en ambos representantes, de genealogías tan distintas, se dan parecidas señales de degeneración de fuerza, bravura y casta.

5 Toro de Prieto de la CalToro de Prieto de la Cal

En el sexto toro, jabonero, va bien en el capote y después de unos lances se apodera de la situación, por lo que el torero va hacia atrás. Trujillo lo lleva al caballo, donde pelea cabeceando y le dan puya a placer; Morante amaga con hacer un quite y va de segunda al caballo para puya breve, tras lo que hay otro amago de quite.

Al recibir el primer par el toro cae como un cochino y los otros dos pares son de circunstancias. La muleta empieza por la cara en el tercio y luego hay cites de frente para una tanda lucida y otra con cierto gusto; hay otra y el toro va sin entusiasmo, por lo que empieza un macheteo preparatorio. Morante no ha usado la mano izquierda en ningún momento de la tarde. No ha puesto voluntad ninguna; él, que dijo que le gustaría anunciarse con los toros de Prieto de la Cal, algo así como por parecerse a Joselito el Gallo.

Bueno, ya ha pasado el festejo y vemos que la gesta no es anunciarse en los carteles con una determinada ganadería; la gesta es hacer toreo con esa ganadería en el ruedo pero no ha habido gesta.

Con toros de corte antiguo se ha visto una lidia a la antigua pero dudamos de que eso sea lo que hoy gusta a la gente. A quien no gustará de cierto será a las cuadrillas porque ellas han llevado el peso de la tarde y el maestro ha estado en un segundo plano, como los tiempos en que el picador tenía más importancia que el espada y las banderillas eran el cuerpo del espectáculo. Claro, eso era cuando un picador ganaba más que un espada, pero ahora ¿cuánto gana un espada y cuánto gana un picador?

Otra cosa, para acabar: ¿está dispuesto el espectador a pagar altos precios sólo, sólo, para ver cómo un toro pelea y se deja matar en el caballo, en un caballo de raza traccionadora con peto que es una muralla? El lector puede continuar haciendo preguntas.

Morante en El Puerto tiene silencios, pitos y una bronca final