viernes. 19.04.2024

Padilla torea de salón en San Isidro del Guadalete

Mañana de toreo de salón en la pedanía jerezana dentro de su Feria de la Tapa

Este domingo se ha celebrado en la pedanía jerezana de San Isidro del Guadalete (también conocida como Revilla) una sesión especial de Mañanas de Toreo de Salón organizada por la Tertulia Taurina Jerezana y la Asociación de Aficionados Prácticos de Jerez en colaboración con el Ayuntamiento de San Isidro del Guadalete, dentro de las actividades de la II Feria de la Tapa que ha tenido lugar en la pedanía.

Es la segunda experiencia de este tipo que se vive en San Isidro puesto que el año pasado por estas fechas también se organizó una sesión atendiendo a la convocatoria del alcalde Manuel Sánchez, del que hay que decir que hace años fue novillero tras haber pasado, como alumno, por la Escuela de Tauromaquia de Jerez.

El escenario donde se desarrolló el acto, el parque Pablo Iglesias que está junto a la iglesia, fue cuidado con detalle, empezando por el corte de la calle aneja al tráfico para facilitar la actividad. Desde las once de la mañana una charanga recorrió las calles animando a los vecinos para que empezaran a vivir la mañana dominguera, aprovechando que el tiempo acompañaba.

En el parque se acotó un recinto con unas vallas taurinas, de las que se colocan en los pueblos de la sierra para correr los toros por las calles; de esta manera se daba un ambiente apropiado para inspirar a los participantes y al público. El ornato se completaba con carretones, capotes, muletas, banderillas y espadas de ayuda. No faltó un tenderete para vender recuerdos en beneficio de la hermandad de la Virgen de Fátima.

La megafonía alegraba el aire con música de pasodobles y la gente del pueblo acudió en número, indudablemente atraída por el principal aliciente de la mañana, que era la presencia del torero jerezano Juan José Padilla, cuyo tirón popular ahora mismo es de los más grandes que hay no sólo en su tierra sino incluso en toda España.

La idea inicial era que Padilla colaborara con las entidades organizadoras para mostrar al público lo que es el toreo de salón y ayudara personalmente a los asistentes para soltarse en la práctica de coger el capote o la muleta. Este objetivo quedó sobrepasado al convertirse el acto en una aclamación y un homenaje hacia una persona que está resultando un ejemplo de humanidad y de valor (valor fuera del ruedo), mejor diríamos valores, en manera tal que todos los sectores sociales le están otorgando categoría de héroe; él dice que no es un héroe pero lo cierto es que se ha convertido en una muestra de hasta dónde es capaz de llegar un hombre, el hombre, en la superación de adversidades, ya que lo hecho por él en lo suyo no lo había hecho nadie hasta ahora.

La llegada, a las doce en punto (hora prevista y puntualidad taurina), fue apoteósica, siendo recibido por el público formando círculo con una prolongada ovación que el invitado saludó toreramente, viendo así el calor y el cariño con que se le acoge allá por donde va. Acto seguido se dio paso a una sesión de photocall, durante la cual todos los que quisieron pudieron fotografiarse junto a Juan José, alargándose la cola por un buen rato dado el número de personas, grandes y chicos, que pujaban por posar con el protagonista.

El acto, presentado por Jerónimo Roldán, se abrió con unas palabras de Pedro Toro, que intervino en nombre de las dos asociaciones organizadoras y expresó los agradecimientos pertinentes a todos los que habían hecho posible la convivencia taurina, empezando por el Ayuntamiento de San Isidro y siguiendo por la Escuela de Tauromaquia, con los alumnos actuales y los antiguos, y la empresa Ruedos del Sur, para luego referirse a la práctica del toreo de salón en el Parque que todos los sábados se realiza por los aficionados de Jerez.

El alcalde Manuel Sánchez dio la bienvenida a los visitantes y mostró la disposición de su Ayuntamiento a seguir apoyando la cultura taurina. También aprovechó para criticar, sin pelos en la lengua, cómo en los presupuestos municipales del ayuntamiento matriz se está descuidando el mantenimiento de una institución propia, como es la Escuela de Tauromaquia, que además es la primera de Andalucía de entre las actuales, mientras que se reserva dinero para otras instituciones propias y ajenas. El maestro Padilla tomó el micrófono para manifestar su agradecimiento por el recibimiento tan caluroso que le habían ofrecido e hizo un pequeño manifiesto a favor de la tauromaquia como forma de cultura popular.

Se dio paso a un Concurso de Quites, en el que se pudo ver la variedad de las modalidades que existen en los pases con el capote. Los quites se realizaron por parejas, una tras otra, de manera que un aficionado toreaba y otro, con una cornamenta, hacía de toro; tras uno o dos minutos los participantes se intercambiaban los trastos para un nuevo quite. Hubo gran participación y se contó con los alumnos, viejos y nuevos, de la Escuela de Jerez, así como alumnos venidos de El Puerto de Santa María, Chiclana e incluso Los Barrios, aparte de aficionados apuntados por libre. Al final, un jurado compuesto por el propio Juan José Padilla, por Antonio Lozano, director de la Escuela de Jerez, y por Eduardo Ordóñez, director de la Escuela de Ubrique y presidente de la Asociación Andaluzas de Escuelas, decidió otorgar a Christian Parejo, de Chiclana, como ganador el trofeo ofrecido por el Ayuntamiento anfitrión, que entregó el alcalde. La misma autoridad tenía reservada para Padilla un recuerdo en forma de cuadro de cerámica, así como un ramo de flores para la esposa, Lidia Cabello, también presente junto a sus dos hijos, Paloma y Martín, que recibieron juguetes y obsequios. Padilla respondió ofreciendo una exhibición de toreo que dejó patente su maestría.

La última parte prevista fue la invitación para que todo el mundo presente se animara a participar y participó en el manejo de los trastos de torear. Mientras la charanga seguía con su animación musical, Juan José tuvo una atención con las mujeres del puesto de la Virgen de Fátima, sin dejar de firmar autógrafos, recibir abrazos y besos y seguir posando para fotos en lo que fue un auténtico baño de masas. No faltó el detalle de un camión aparcado en la calle luciendo por ambos lados de la cabina sendas pinturas del torero en acción; allí que se fue y saludó al dueño y al pintor y firmó una dedicatoria sobre la chapa para orgullo del camionero.

Tras la despedida, los asistentes, tanto del pueblo como visitantes, se repartieron por los bares para disfrutar de la II Feria de la Tapa de San Isidro del Guadalete, que ofrecía precios populares. Con el éxito de esta sesión de toreo de salón se espera que el próximo año se repita el maridaje de tapas y pases en las calles de Revilla.

Padilla torea de salón en San Isidro del Guadalete