jueves. 25.04.2024
3 Emilio de Justo | Marciano Breña
Emilio de Justo | Marciano Breña

Plaza de toros de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), 17 de abril de 2021. Corrida de la Primavera, organizada por la empresa de Carmelo García. Cielo despejado con brisa de poniente. Completo el aforo permitido por la Administración para este tipo de espectáculos durante la pandemia, consistente en el 25% del total. Preside Luis Rodríguez. Ameniza la Banda Municipal de Música “Julián Celdrán”, dirigida por Justo Jiménez.

Se lidian seis toros de Juan Pedro Domecq (hierro que pasta en Castillo de las Guardas, Sevilla), con pesos entre 491 y 540 kilos, cinqueños y nobles, muy nobles, pero escasos de fuerzas. En el arrastre todos tuvieron palmas.

Enrique Ponce: pinchazo y honda desprendida con dos golpes de descabello; silencio. Cuatro pinchazos y estocada caída con descabello; silencio.

Manuel Díaz El Cordobés: entera arriba algo trasera; una oreja. Honda desprendida y cinco golpes de descabello, con aviso; ovación saludada.

Emilio de Justo: entera un pelín desprendida; dos orejas. Tres pinchazos y entera; silencio.

Incidencias: la corrida es televisada en directo por Canal Sur TV. Al deshacerse el paseíllo suena, a destiempo, el Himno Nacional. Emilio de Justo no sale a hombros por las restricciones sanitarias.


Había un punto de incredulidad cuando Carmelo García anunció que preparaba para Sanlúcar tres corridas en esta temporada, incredulidad debida a que nadie sabía cómo iba a evolucionar la situación sanitaria que padecemos. Ahí tienen el ejemplo de Sevilla, que, con los carteles en la calle y los abonos ya vendidos, ha tenido que suspender la “feria de Abril”, a consecuencia de que, tras muchos dimes y diretes, la Junta de Andalucía no autoriza a subir a cincuenta el porcentaje de aforo en plaza de toros.

Carmelo preparó su plaza con un asiento sí y tres no, ajustó las cuentas y tiró adelante. Los espectadores, completo el veinticinco por ciento de aforo, se sientan cada uno en su localidad, marcada con puntos de pintura blanca, y se cumple con el uso de mascarillas.

Hacemos una llamada de atención al presidente de plaza, en lo referente al himno. No se puede interpretar el Himno Nacional cuando, terminado el paseíllo, las cuadrillas buscan los burladeros y los caballos se giran ya hacia su patio.

El paseíllo ha sido acompañado de música torera y no cabe interpretar después la Marcha Granadera. Señores presidentes, el Himno Nacional abre todo acto y se debe interpretar, una vez formadas la cuadrillas, antes de arrancar el paseíllo, con todo el mundo quieto y sin fotógrafos deambulando por la arena. El público sanluqueño, por su parte, pone la sensatez que falta a la presidencia y acompaña con cálidos aplausos desde la primera hasta la última nota.

Enrique Ponce

Enrique Ponce, de blanco y azabache, a su primero, de buena morfología pero lavadito, lo saluda con lances de mano baja, de tablas a medios, con dos medias. Lo deja con larga natural para dos visitas al caballo, bien picada la primera y con pinchacito la segunda; el quite va por verónicas y larga cordobesa.

Tras dos pares de palitroques, brinda a El Cordobés; ya en los doblones de inicio el toro blandea pero sigue con tanda de buena planta y otra de mano baja en el tercio, donde se va a desarrollar toda la faena; con la izquierda ofrece tanda aplaudida pero otra, con previo cambio de mano, se ejecuta perdiendo pasos a cada pase, en toreo de uno en uno; volviendo a la derecha sí sale el toreo en redondo antes de llegar a la preparación para la muerte, que es por doblones, como empezó.

Resulta muy descarado el picoteo que practica con el descabello en el hocico para lograr el descuelgue de testuz; digámoslo claro: es una práctica que se debe erradicar si no queremos que pidan erradicar la tauromaquia entera. Resulta sorprendente el contraste entre las palmas que el público dedica al juan-pedro en el arrastre y el silencio que se lleva un torero habitualmente acostumbrado a sacar faenas de toros mansos.

Enrique Ponce | Marciano BreñaEnrique Ponce | Marciano Breña

En su segundo, corniapretado, empieza aplicando unos lances sin convicción con una media de compromiso. En el caballo vemos que el cornúpeto empuja, más que pelea, y recibe una puya con medida para ser quitado con larga. Los pares son otra vez dos y, atención, se aplaude una colocación traserísima. Ponce brinda al público; Ponce no es Paquiro ni se preocupa mucho del orden y del rito porque, si no, ¿Cómo puede brindar su primero a un compañero y el segundo al respetable?

Cae la montera para arriba y se entretiene en voltearla con la punta de la ayuda para despertar el jolgorio; éste no es mi Ponce y este público no es el respetable (todo resulta ahora comprendido); los doblones van por delante y sigue una tanda buena pero hasta ahí, porque luego el toro empieza a decir dónde quiere que le toreen y además las series no pasan de tres muletazos, tras lo que el bicho empieza a rajarse y después de unos naturales a media altura sólo queda fajarse algo y terminar con un toma y daca en tablas.

A la hora de cuadrar Ponce tarda una enormidad y deja que el animal vaya gazapón hasta toriles, sin intentar cambiarle la trayectoria para pararlo. Entre unos detalles y otros parece que le atenazan una falta de intuición y un cierto olvido de la experiencia; será que ha vuelto a la adolescencia en más de un sentido. Dos silencios consecutivos son muchos para esta figura del toreo.

2 Inicio de derribo | Marciano BreñaInicio de derribo | Marciano Breña

El Cordobés

El Cordobés, de nazareno y oro, en su primero, gacho, recibe con precauciones y media al tercio. En el caballo de puerta el toro recibe a base de bien, con la salida tapada y con la aquiescencia del matador.

Sin historia en los pares, el brindis va al público, más pendiente de ver si la montera cae boca abajo que de agradecer el ofrecimiento; tras pases de prueba viene una sesión larga de toreo a diestra en el tercio que, salvo una serie con ligazón, no acaba de decir nada; por el pitón izquierdo hay falta de asiento en los pases pero no falta el desplante; con la derecha, otra vez, va andándole, sin estar ante ninguna alimaña, y, tras algunos intentos sin ver claro cómo citar, Manuel empieza con su cosas para terminar.

5 El Cordobés | Marciano BreñaEl Cordobés | Marciano Breña

A su segundo, sobrero cornidelantero que sustituye al titular por partirse un cuerno en el burladero, lo recibe en tablas con lances de pasito atrás. La puya es durísima, barrenando, mientras el toro mete los riñones y, luego, el tercio de banderillas es bueno. Tras brindis a un particular, se va a terrenos de sol para iniciar por alto y luego seguir con tanda de uno en uno, aunque el animal ya está blandeando, resultado del trato en el caballo; los pases se acompañan con ánimos del propio torero y alguno sale ceñido, para pasar al torero de conexión con el público; por la izquierda seguimos con el uno en uno y buscando continuamente el lugar para citar sin faltar algunos pases a pies juntos rematando con desplante de rodillas; por el pitón derecho llega el toreo de cercanías y el salto de la rana, terminando con serie para subir la tensión.

6 El Cordobés | Marciano BreñaEl Cordobés | Marciano Breña

De Justo

Emilio de Justo, de grana y oro, en su primero, bien presentado, despliega lances de mando, avanzando, y media recortada en los medios para calentar el ambiente. El toro es mal picado y derriba, siendo quitado por chicuelinas y larga cordobesa. Morenito de Arles anda bien con los palos. La faena inicia por bajo y con trazo largo para seguir con una serie corta pero intensa, aplaudida y continúa con otra en la que lleva al animal muy toreado; muleta a la izquierda, vemos un toreo de poder, llevándola hasta atrás, y un torero en perfecta forma; pasa a la derecha pero el animal se va quedando y de Justo insiste; tras recoger el estoque remata con unas manoletinas muy ceñidas.

3 Emilio de Justo | Marciano BreñaEmilio de Justo | Marciano Breña

A su segundo, que se refrena y se astilla un cuerno en el burladero (ay, las fundas), lo recibe igualmente con lances al paso y media de mano baja, como debe ser. Esta vez, en el caballo hay buena pelea y buena puya, hasta el punto de que hay algunas palmas al picador conforme se va. A las banderillas, Gómez Odero se esmera y consigue desmonterarse ante sus paisanos.

Tras brindis al público y volteo de montera (¡qué manía!), hay una gran tanda de inicio directamente en los medios y luego otra de trazos largos y fuerzas cortas, con el bicho doblando las manos al salir del de pecho; sigue el torero con cite desde lejos y el animal es de carril; por el pitón izquierda humilla pero ya va de uno en uno por falta de fuerzas; de nuevo a diestra, vemos dos grandes series ante uno que no quiere poner nada de su parte; tras la recogida del estoque, y para terminar, hay varios pases de cartel. El toro se fue a morir a toriles, certificando su condición.

4 Emilio de Justo | Marciano BreñaEmilio de Justo | Marciano Breña

Podemos decir, para finalizar, que en la Corrida de la Primavera, ante dos compañeros de cartel que ya han hecho sus carreras, de Justo es el que ha puesto el toreo de primavera.

En Sanlúcar, de Justo pone el toreo de primavera