viernes. 26.04.2024

Malandar soy yo

El escritor sanluqueño Eduardo Mendicutti regresa a su infancia en La Algaida con una brillante novela
Eduardo Mendicutti | Málaga Hoy
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Malandar soy yo

El escritor sanluqueño Eduardo Mendicutti regresa a su infancia en La Algaida con una brillante novela

He leído en muchos sitios que Eduardo Mendicutti (Sanlúcar de Barrameda, 1948), vuelve con este libro a la infancia, y yo no estoy del todo de acuerdo con esa afirmación.

Mendicutti, con Malandar (Tusquets), su nueva novela, vuelve en realidad al pasado, y allí hay mucho más que infancia. Hay recuerdos, y pasiones, y sentimientos y noches que no se olvidan y cosas que no se nombran.

Y como en cualquier mundo donde entra la literatura de Eduardo Mendicutti, lo aparente puede no serlo tanto, como en un juego de espejos a veces deformantes donde se refleja lo que somos, lo que anhelamos, lo efímero y lo excesivo, lo personal y lo que resulta de la vida.

A través de sus tres protagonistas, Mendicutti regresa a La Algaida -territorio mítico, íntimo, que está hecho de trozos de Sanlúcar de Barrameda, de El Puerto de Santa María, pero también de las sensaciones del autor, de su particular forma de ver y entender el mundo-. Y en ese enclave mágico, Malandar destaca por su virginidad y su salvajismo, y porque desde allí los tres personajes sienten la distancia de cuanto los rodea, y se sienten libres para crear su propia amistad de afectos cruzados, de idas y venidas a lo largo de  toda una vida con la vocación de regreso siempre a la memoria, a lo que dejaron en las dunas de Malandar, a lo que tal vez pudo haber sido.

Malandar es, para todos ellos, el lugar de la memoria, y constantemente se asoman a ella, cada uno desde su lugar y su tiempo, y seguramente buscando cada uno una cosa distinta, un instante, una imagen, un beso. Buscando, en definitiva, una probabilidad.

Eduardo Mendicutti nos tiene acostumbrados en sus novelas a resaltar las experiencias del ser humano más allá de etiquetas y convencionalismos, desde la lealtad a lo que uno es y a lo que uno ha sido, por eso su memoria y sus recuerdos no vienen de la nostalgia ni del duelo por lo vivido, sino de la constante celebración por el tiempo que fue.

Pocos escritores tienen la solvencia y el virtuosismo de Mendicutti para armar una trama literaria. Se puede decir que Eduardo Mendicutti hace tiempo que ya no escribe novelas, sino que está creando una obra.

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