jueves. 28.03.2024

Marxista, pero de Groucho

“La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”

Marxista, pero de Groucho

“La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”

 Tribuna libre de Mario Rosado, abogado y concejal de Ciudadanos en Jerez 

Con esta frase, el mayor de los Hermanos Marx, definía con su genio habitual- no exento de su punto de sarcasmo- a la ciencia que trata del gobierno y de las sociedades humanas.

Mario Rosado Ciudadanos Jerez Mario Rosado

A veces (siempre me he considerado marxista, pero de la corriente buena, la de Groucho), en mi labor como concejal, me encuentro que, aunque mal me pese, tengo que estar de acuerdo con la frase del inigualable cómico neoyorquino.

Porque con las múltiples dificultades que acucian a la ciudadanía jerezana -que yo, optimista por convicción, no pienso enumerar- parece que en ocasiones algunos políticos se levantan por la mañana y piensan: “A ver, ¿qué problema le busco hoy a Jerez?, ¿qué quebradero de cabeza le genero a mis paisanos?”.

Pero lo peor es que ahí no acaba la cosa. Tras sacarse de la manga la polémica, montan una tangana dialéctica, propia de plató de televisión y no de un pleno municipal, por ejemplo, y aprovechan, en medio del ruidoso paripé, para elaborar un diagnóstico falso del problema inventado previamente por ellos mismos. Y para colmo y perjuicio del jerezano de a pie, aplican, si es que le dejan, el remedio equivocado (insistimos que el problema no existía, y el diagnóstico, por tanto, tampoco). Y lo que te rondaré, morena, y si no quieres lentejas, pues toma, dos platos.

Nuestra labor como cargos públicos electos debe ser, entre otras, afrontar las cuestiones reales que verdaderamente afectan a Jerez, evaluando las distintas soluciones concretas, y eligiendo la que, tras reunir el máximo consenso posible, pueda ser la más acertada.

El Artículo 13 de la Constitución de 1812, con más de 200 años pero con una vigencia universal y atemporal (por eso este artículo es de un valor incalculable) postula que “El objeto del Gobierno es la felicidad de la Nación, puesto que el fin de toda sociedad política no es otro que el bienestar de los individuos que la componen”.

A nuestra querida “Pepa” no le faltaba razón. Ya toca aplicarse el cuento.

Marxista, pero de Groucho