A pesar de que, por mi edad, estoy más cerca del transistor y el tocadiscos que de YouTube y Spotify, en mi "PENSAción liberal" de hoy declaro formalmente que quiero ser Youtuber, y vivir en Andorra, o mejor en Elvas, Portugal, desde donde es posible dirigir orquestas que están en Badajoz (como sabe cierto hermano de cierto Presidente).
El motivo que me lleva a hacer esta declaración es la sucesión de noticias que venimos escuchando y leyendo durante los últimos días. Veamos:
- Nuestro Presidente del Gobierno anunció a su parroquia que es preciso seguir subiendo impuestos a "los ricos" (léase "a todos") para "proteger a las clases medias". Ya no es que quieran proteger a los pobres, que no deja de ser una aspiración muy socialdemócrata. Es que vamos camino de que "los miserables ricos" tengan que proteger al resto de la sociedad, al tiempo que cada vez bajan más el límite para ser considerado rico. Y no, una familia que ingresa 60.000 euros brutos al año no es miserablemente rica...
- Además, también leímos hace poco que el Gobierno estudia medidas para dificultar la salida de capitales de España. Tras imponer desde la pandemia estrictas medidas para evitar que las mayores empresas españolas sean compradas por inversores extranjeros, aprovechando que sus acciones están "baratas", ahora parece que queremos impedir también que los capitales se salgan cuando quieran. Y luego nos dicen que España aspira a ser un destino atractivo para la inversión extranjera. Será que piensan que los inversores son masoquistas.
- Por último, los socios de extrema izquierda del Gobierno resucitan estos días propuestas tan "para la gente", como pedir que esa misma "gente" tenga que pagar IVA por la educación o la sanidad privadas que tienen que pagar ante el progresivo deterioro que vienen sufriendo esos servicios públicos. No solo el Gobierno nos fuerza a pagar dos veces por el servicio, sino que además obliga a pagar un IVA adicional. Será que toda "esa gente" también es rica.
Por eso no puedo evitar envidiar a ese grupo de youtubers que, hartos de ser permanentemente parasitados por nuestra "mafia dominante", deciden hacer las maletas y fijar su residencia fuera de España, en una excelente demostración de lo que significa votar con los pies. Y mucha más gente optaría por esta opción, si realmente pudiera hacerlo.
En fin, que quizás mis próximas PENSAciones liberales las tenga que hacer desde Andorra, Portugal, o cualquier otro territorio que sea un poco menos mafioso a la hora de extorsionar a sus ciudadanos.
Mientras tanto, ¡Viva la Libertad, Carajo!