viernes. 19.04.2024

La batalla de Madrid: Segunda parte

Los datos demuestran que la polarización va en aumento a medida que se acerca la fecha de la votación
Isabel Díaz Ayuso
Isabel Díaz Ayuso

Comenzó la campaña electoral para las trascendentales elecciones de la Comunidad autonómica madrileña y con ella nos llegan las primeras encuestas. Hoy me he desayunado con la realizada por la empresa demoscópica “SigmaDos” para el diario “El Mundo”.

Este sería el resumen de una encuesta realizada entre los días 26 y 30 de marzo, telefónicamente, a 1.104 personas y con un margen de error de un +/- 3%.

  • Unidas Podemos-IU pasaría de un 5, 6 % de votos que obtuvo en las últimas elecciones a conseguir un 8%.
  • Más Madrid pasaría de un 14,7 % a un 13,3 %.
  • El PSOE bajaría de los 27,3% que obtuvo en las pasadas elecciones al 22,8% de los votos.
  • Ciudadanos se desploma pasando del 19,5 % de votos a un exiguo 4,1 %.
  • El PP crecería desde 22,2% hasta el 42,8 % de los votos.
  • Vox menguaría un poco desde el 8,9 % hasta el 7,5 %.

Si traducimos los porcentajes a escaños, esta sería la conclusión

  • Unidas Podemos-IU pasaría de 7 a 11 ó 12 diputados autonómicos.
  • Más Madrid pasaría de los 20 actuales a 18/20 diputados.
  • El PSOE bajaría de los 37 actuales a 33/35 representantes.
  • Cs perdería sus 26 diputados y se quedaría sin representación.
  • El PP duplicaría su fuerza pasando de 30 a 61/62 diputados en la Asamblea de Madrid.
  • Vox, por último, sufriría un leve desgaste, pasando de 12 a 10/11 diputados.

Conocidos los datos es el momento de la opinión y las especulaciones

La primera sería que los datos demuestran que la polarización va en aumento a medida que se acerca la fecha de la votación, parece que el voto útil se está imponiendo y esto se demuestra en la pérdida de votos de Cs y Vox a favor del PP, o debería decir mejor, a favor de Isabel Díaz Ayuso, ya que pienso que estas elecciones, como ya adelantaba en la “primera parte” de este artículo por capítulos, se van a dirimir en clave personal dejando a un lado las siglas de los partidos.

La segunda sería que el efecto Iglesias se diluye como un azucarillo en un café bien caliente, apenas crece algo más de dos puntos y continúa lejos de fagocitar al partido de Errejón, Más Madrid, y más lejos aún de liderar a la izquierda en un frente contra Ayuso o de ser decisivo para la gobernabilidad. Parece que su transmutación a chico de barrio obrero con la sudadera de “Fariña” y la ropa arrugada, no es suficiente, y ante estos datos es de esperar que el histriónico líder plenipotenciario de lo que otrora se denominó simplemente “Podemos” de una vuelta de tuerca más en la radicalidad de su discurso en los próximos días. Veremos con qué nos sorprende. A este paso le veremos en un reality show.

La tercera es el hundimiento de Ciudadanos, si en las encuestas publicadas anteriormente la formación naranja caminaba en el filo de la navaja (recordemos que en Madrid si no obtienes al menos el 5 % de los votos te quedas sin representación y, por consiguiente, esos votos van a la basura), con datos que se situaban ligeramente por encima de ese umbral y arrojaban entre 6 y 7 diputados, la encuesta publicada por SigmaDos resultaría demoledora de ser acertada, puesto que ni en el mejor de los casos, ni siquiera aplicando el factor de corrección del 3% antes mencionado, se alcanzaría el 5% que señala la frontera entre la vida y la muerte, políticamente hablando. Ciudadanos tiene un buen candidato, Edmundo Bal lo es, bien harían los responsables de diseñar e implementar la campaña electoral en esforzarse en explicar a la gente la importancia de la supervivencia de un partido de centro y focalizarse en las medidas y las propuestas y dejar a un lado ciertas chorradas como presentar al candidato haciendo torrijas o hablar a priori de vetos y de pactos. Me parece que es poner el carro por delante de los bueyes. Los pactos ya se verán llegado el caso pero siempre será más importante el qué y el para qué que con quien, por eso insisto en la importancia de volver a la senda de las propuestas y las reformas que tan bien le fueron al partido naranja en el pasado, y tampoco hay que echar la vista muchos años atrás.

La cuarta es la difícil papeleta de Vox en estas elecciones y que, de alguna manera, trunca, aunque sea coyunturalmente, su continuado ascenso de los últimos meses. Vox se encuentra en lo que los anglosajones denominan “Morton´s fork” y que podríamos traducir como bifurcación de Morton, un dilema en que deberán elegir la opción menos mala entre dos alternativas negativas para sus intereses, a saber:

  • Planteamiento del dilema: Su adversario ideológico es la izquierda que representa el binomio PSOE-Podemos pero su competidor real, su “nicho de mercado”, es la derecha representada por el PP y, en menor medida, Ciudadanos.
  • Por un lado sabe que, en unas elecciones en clave tan personalista y tan polarizadas, si compite frontalmente contra el PP por ese nicho de mercado, como haría de manera natural en cualquier otra circunstancia o circunscripción, lo que implicaría atacar a Ayuso de manera directa, serían sus propios simpatizantes los que no lo entenderían ya que estaría poniendo en riesgo la gobernabilidad de Madrid por parte del centro-derecha y entregándosela en bandeja a la izquierda, algo que no le perdonarían.
  • Por otro lado, si apoya explícita o implícitamente a Ayuso o un acuerdo postelectoral con el PP estaría renunciando a la contienda y asumiendo la pérdida de una parte importante de sus votos.

Es un dilema diabólico para ellos, pero creo que, finalmente, se decantarán por algo parecido a la segunda opción asumiendo que, quizás este no sea su momento, y esperando tiempos mejores.

Dejo para el final la quinta, la referida al PP, perdón, a Ayuso, que contempla como su estrategia, por el momento, va viento en popa, arrojando los resultados esperados y con una tendencia que apunta a que, aún, podrían ser mejores, pudiéndose convertir en la gran triunfadora y una lideresa inesperada e incluso puede que incómoda en un cierto sector del PP.

En fin, no me quiero extender más, la batalla de Madrid se tornará más apasionante a medida que se acerque la fecha de los comicios; multitud de preguntas quedan aún en el aire:

  • ¿Hasta dónde será capaz Iglesias de radicalizar su campaña?
  • ¿Nos deparará alguna sorpresa la gigantesca maquinara propagandística del PSOE o se limitarán a nadar y guardar la ropa esperando tiempos mejores?
  • ¿Será capaz Ciudadanos de remontar y alcanzar esa barrera del 5 % de votos que necesita para sobrevivir políticamente o incluso para ser decisivo en la formación de gobierno?. Parece que algunos medios como “El Español” han comenzado una campaña de “Salvar al soldado Orange” al darse cuenta del peligro que implicaría para el futuro la desaparición del centro político que representa la formación naranja.
  • ¿Cuál será la estrategia de Vox para intentar mantenerse y ser actor protagonista?
  • ¿Continuará Ayuso su camino triunfal o aparecerá algún “cisne negro” que pueda truncar sus expectativas?
  • ¿Serán las elecciones de Madrid un preludio de lo que puede suceder en las nacionales?,
  • ¿Podrían provocar su adelanto?

Ya queda menos, pero aún así es mucho, seguramente demasiado.

La batalla de Madrid: Segunda parte