jueves. 25.04.2024

Pero… ¿De qué se alegran?

"Éxodo sistemático, lento y calculado de cargos electos de Ciudadanos al Partido Popular, unos de manera directa y sin tapujos, y otros con algo más de decoro"
Inés Arrimadas
Inés Arrimadas

Estamos viviendo días políticamente frenéticos, es posible que en las escasas horas que este artículo vea la luz tengamos nuevas noticias que desestabilizan aún más el panorama.

Lo sucedido en Murcia, con la fallida moción de censura, ha desencadenado un efecto dominó cuyas consecuencias finales están aún lejos de atisbarse. Una de esas consecuencias está siendo el éxodo sistemático, lento y calculado de cargos electos de Ciudadanos al Partido Popular, unos de manera directa y sin tapujos, como el señor Fran “lobo” Hervías, artífice y muñidor de la operación, y otros con algo más de decoro, o bien entregando el acta o bien con alguna pequeña travesía fuera de la política que aventuro no durará más de unas semanas, para justificar su paso a la formación Popular desde una supuesta posición libre e independiente. En cualquier caso todos están en su derecho aunque ética y moralmente algunas actitudes sean más que cuestionables.

Pero aunque resulte sorprendente lo anterior, al menos si echamos la vista atrás apenas un par de semanas, lo que me resulta aún más sorprendente e incomprensible es comprobar el linchamiento mediático de la práctica totalidad de medios a Ciudadanos y como sus efectos se están dejando notar en una ciudadanía tan permeable.

"El centro es la única vía para garantizar un futuro en paz y prosperidad para España"

Que se han cometido errores en la formación naranja es algo incuestionable, tanto internamente como de cara al exterior, tanto de organización como de estrategia, cualquiera que me conozca un poco sabrá que no soy sospechoso ni de esconderlos ni de justificarlos y no ahora, desde hace tiempo.

Ahora bien, ningún partido, ninguno, en la reciente historia democrática, ha pagado un precio tan alto por los errores cometidos, comenzando por la  dimisión de su líder y renuncia a sus cargos por los malos resultados obtenidos en las pasadas elecciones generales y continuando por la situación actual  en la que muchos periodistas y analistas políticos y medios de comunicación nos dan, prácticamente, por acabados y todo ello jaleado por una jauría que se ha lanzado a la yugular de la formación naranja alegrándose de que esto sea así, y yo me pregunto…¿pero de qué se alegran?

  • ¿Se alegran de qué pueda desaparecer la única formación del espectro político que ha sido implacable con cualquier atisbo de corrupción?
  • ¿Se alegran de la peligrosa polarización de nuestro país?
  • ¿Se alegran de que pueda desaparecer la única formación centrada y moderada que puede dar sentido y equilibrio a la gobernabilidad de España?
  • ¿Se alegran de que podamos volver al bipartidismo corrupto?
  • ¿Se alegran de que se esté desenterrando el lenguaje “guerra civilista”?

¿De verdad alguien piensa, de manera serena, meditada, que media España se puede imponer a la otra media?, ¿Qué futuro nos espera?, ¿Qué futuro esperar a nuestros hijos?, ¿Qué país queremos dejarles?

El centro no es la tercera vía, el centro es la única vía para garantizar un futuro en paz y prosperidad para España. La desaparición de un partido de centro no debe ser motivo de alegría salvo para aquellos que esperen obtener rédito político o económico a corto plazo.

Para cualquier país democrático la desaparición del centro sería un drama que dejaría huérfanos de opción a millones de personas, a esas que no están infectadas de ideología y dogmatismo y sólo buscan vivir en paz y una clase política que trabaje por resolver sus problemas, los de verdad, no los inventados, y gestione los recursos públicos, los que se pagan con el dinero del contribuyente, de la mejor manera posible.

Por eso siempre habrá gente dispuesta a luchar y trabajar, contra viento y marea, para que el centro no desaparezca, por eso es tan importante que el proyecto que representa Ciudadanos, con sus errores, con sus luces y sus sombras, sea capaz de sobrevivir, regenerarse, re-ilusionar y levantar el vuelo.

Aunque puedan no estar de acuerdo con mis reflexiones convendrán conmigo en el que en el actual panorama político español falta bastante poesía, por eso quiero terminar con los últimos versos del poema “Ulises” del poeta británico Alfred Tennyson, escrito a finales del siglo XIX pero que parece hecho para la ocasión y dedicárselo a las personas que aún siguen creyendo y peleando por sacar adelante este proyecto:

“Aunque mucho se ha perdido mucho queda aún;

y si bien no tenemos ahora aquella fuerza que antaño movía cielo y tierra,

somos lo que somos,

corazones heroicos de parejo temple, debilitados por el tiempo y el destino

pero más fuertes en voluntad para esforzarse, buscar, encontrar y nunca rendirse.”

Pero… ¿De qué se alegran?