La esperanza de vida antes era inferior debido fundamentalmente a las enfermedades infecciosas y la falta de remedios para las mismas. Actualmente tenemos una sociedad mucho más enferma, obesa y constantemente medicada, cada vez más casos de diabetes, incluso en niños, más casos de Alzheimer, incluso en personas jóvenes, más suicidios (salud mental), más casos de cáncer, que no paran de aumentar.
El gran veneno de nuestra sociedad es el azúcar, en todas sus vertientes, los hidratos de carbono y los alimentos procesados.
Los políticos, que son los seres más corruptos del planeta, con carácter general, se han vendido a las grandes multinacionales de la “alimentación” y están envenenando a la población, incluidos niños. La pirámide de la alimentación que nos han inculcado, desde hace algunas décadas, en la que los hidratos de carbono eran la base y las proteínas (sobre todo las de los huevos y la carne quedaban en el último lugar) está completamente invertida y es la causante del 70% de las enfermedades actuales (cáncer, diabetes, enfermedades auto inmunes, alergias, intolerancias, tensión arterial, TDA, etc.).
Si os fijáis en la publicidad televisiva el 80% de la misma se reparte entre anuncios de comida basura (procesada y ultraprocesada) y medicamentos para contrarrestar los efectos nocivos del consumo de esa comida basura y ultraprocesada.
Es vergonzoso y criminal que los políticos demonicen la carne roja, el mejor anti inflamatorio natural y un alimento que ha consumido el ser humano durante miles de años, pero no digan absolutamente nada del azúcar que es el mayor veneno de la humanidad y una sustancia tremendamente adictiva, más que algunas drogas, y que se añade y se encuentra en la práctica totalidad de alimentos envasados, incluso en el jamón ibérico, lo podéis comprobar leyendo la composición de los envases.
Efectivamente vivimos más años pero como enfermos crónicos y completamente medicados dese una edad cada vez más temprana para llegar a viejos con una colección de medicamentos en casa. Ahora sufrimos de enfermedades que, a principio de siglo XX, prácticamente no existían o no tenían incidencia en la población.
En definitiva un gigantesco negocio y una gigantesca cadena de intereses económicos y lucrativos que se sustentan los unos con los otros.
Como dato decir que las grandes multinacionales de la alimentación pertenecen o están participadas por las grandes corporaciones tabaqueras que han descubierto que es mucho más lucrativo y esta mejor visto el negocio de crear adictos a la comida basura que el negocio de la adicción a la nicotina (y a todo lo que le añadían a la nicotina, incluida también la referida azúcar).
Afortunadamente hay una parte de la comunidad médica que está comenzando a alzar la voz con este tema, con un discurso alimentario políticamente incorrecto, para intentar abrir los ojos a la población pero, desafortunadamente, nuestros corruptos políticos están tratando de silenciar cualquier opinión diferente o contraria a los discursos oficiales e implementando la censura y medidas coercitivas en los canales de información que quedan como último reducto de libertad e independencia (YouTube, telegram).
Hay estudios independientes que demuestran que, con una alimentación correcta basada fundamentalmente en los alimentos naturales que ha comido el ser humano desde el homo sapiens y para los cuales está adaptado nuestro organismo (carne, grasa animal, huevos y pescado) desaparecerían o no se producirían más del 70% de las enfermedades actuales. Educar en este tipo de alimentación sí sería una verdadera política preventiva y de salud pública.
Todo lo que acabo de mencionar no me lo invento, os invito a buscar información y contrastarla. Una de las voces más significadas en esta causa es la de Robert F. Kennedy Jr. que recientemente abandonó el partido demócrata norteamericano y se ha decidido a apoyar a Donald Trump a cambio de que este apoye su cruzada contra el uso de pesticidas en la agricultura y por la alimentación sana del pueblo norteamericano, uno de los más enfermos (crónicos) del mundo. Veremos si el señor Kennedy consigue morir de viejo o sigue el mismo destino de su padre (Bobby) y de su tío (John Fitzgerald).