jueves. 03.10.2024

El derecho a insultar en redes sociales

El derecho a insultar en redes sociales
El derecho a insultar en redes sociales

Las redes sociales se han convertido en una de las herramientas más imprescindibles de la sociedad, las usamos para todo: comprar, viajar, trasladarnos, distraernos y como no, para dar opinión. A veces, el hecho de opinar libremente es una  cuestión que jurídicamente puede tener, a veces, un alto coste.

En una democracia como la que vivimos, no sólo existen derechos sino también garantías que permiten que esos derechos puedan ser ejercitados. Sin embargo, muchos de ellos entran en contradicción entre sí y se retan constantemente, siendo uno el límite del otro, cuestión que ocurre con la libertad de expresión y el derecho al honor o como coloquialmente se suele decir : “tu derecho termina donde empieza el mío”

En primer lugar, partimos de la idea de que la opinión del Tribunal Supremo no es única, sino que atiende a varios criterios para determinar cuándo prevalece el derecho al honor o cuando la libertad de expresión. Si bien se decanta más por un amplio reconocimiento de la libertad de expresión, lo cierto es que se establecen límites más allá de las meras opiniones que disgustan o enfadan.

Así las cosas, el Tribunal Supremo puede responsabilizarte del mal uso de la libertad de expresión en las redes sociales no sólo por tus propios comentarios sino por los realizados por terceros, teniendo en cuenta el grado de proporcionalidad de lo mencionado. El mal gusto y herir sensibilidades no es suficiente para considerar atendado el derecho al honor, sino aquello que llega al insulto, amenazas o incluso atribuciones falsas de delitos, lo que sería un delito de calumnia castigado con prisión.

La responsabilidad del contenido que se publica en tu perfil es amplia, respondes de ti mismo y tus comentarios y reacciones pero también respondes de aquello que fomentas y otros siguen con comentarios insultantes que no guardan ninguna relación con la finalidad del derecho de libertad de expresión, ni mucho menos del derecho de información. Porque a menudo se comenta e insulta de manera excesiva, innecesaria, gratuita y con intencionalidad vejatoria y denigrante, faltando a toda proporcionalidad y sin cumplir la finalidad que la libertad de expresión merece. Por ello debemos preguntarnos, ¿hasta dónde llega nuestra libertad de expresión? ¿Cuándo debemos limitar nuestra opinión o cuidarla?

El Tribunal Supremo ya incluso responsabiliza a los titulares de las cuentas por el contenido publicado por terceros, exigiendo responsabilidad por la omisión del deber de borrar aquel contenido.

Así, aunque no haya una norma ni ley que obligue a borrar comentarios de tu perfil, sí es posible responder jurídicamente por ellos, lo que no implica una censura del titular del perfil sino de un deber de control respecto a su red social en la cual tiene las más amplias funciones de funcionamiento, gestión y vigilancia de su contenido, o dicho en términos populares, “tú te lo guisas, tú te lo comes”

Así cuando comentamos o permitimos comentarios en nuestro perfil de alguna red social debemos preguntarnos lo siguiente: ¿esto es hiriente? Y aunque la respuesta sea sí, podríamos publicarlo con total impunidad y al mismo tiempo preguntarnos si es una amenaza simulada. Entonces ya estaríamos rozando el derecho al honor, ¿media un insulto desproporcionado y sin interés alguno para terceros más allá de dañar a otro? La balanza se va decantando por el derecho al honor que por la libertad de expresión.

Por último, el Tribunal Supremo  tiene en cuenta que las redes sociales llegan a un ámbito de difusión casi infinito, que va más allá del propio entorno de la persona dañada en su honor, va más allá de su ámbito laboral, personal o familiar, puede incluso verse la lesión de su honor en otros países o hacerse viral. Así hemos de ponderar el interés social de lo que decimos o dicen en nuestro perfil, de la necesidad de publicarlo y difundirlo, de su carácter hiriente, excesivo y gratuito.

El derecho a insultar en redes sociales