jueves. 03.10.2024

Un pequeño informe de 400 folios

Banco Central Europeo, Mario Draghi
Banco Central Europeo, Mario Draghi

La Comisión Europea encargó hace un año al ex-primer ministro italiano y exdirector del Banco Central Europeo, Mario Draghi, un informe sobre competitividad, que presentó ayer en Bruselas y que alerta de que "la Unión Europea se enfrenta a un desafío existencial" debido a unos retos que deben solventar.

En dicho informe de alrededor de cuatrocientas páginas, el exdirector del Banco Central Europeo alerta de varios retos de la economía europea. Entre ellos está dos que cualquier persona lo ha visto experimentado en el mismo o su círculo inmediato.  El de una burocratización excesiva, algo que cualquier persona sabe con realizar cualquier gestión con la administración. Las citas, colas interminables, documentos, certificados y trámites con plazos a cumplir que dilata la gestión en el tiempo hasta cuestionar la paciencia del usuario. Antes necesitabas una gestoría para cualquier trámite, ahora se debe apoyar el ciudadano en algunos casos en abogados y técnicos para evitar errores de forma e incluso errores de interpretación por parte de la administración.

El panorama es aún más complicado para los emprendedores y empresas, que deben enfrentarse a requisitos y regulaciones en constante cambio, cada vez más restrictivas a la hora de innovar. No es sorprendente que las principales compañías del EuroStoxx 50 tengan más de cincuenta años, a pesar de haber pasado por la transformación digital. La revolución industrial tecnológica ha impulsado el surgimiento de una gran cantidad de unicornios a nivel global, empresas tecnológicas multimillonarias como Facebook y Google, sin que ninguna tenga su origen en Europa.

El documento alerta de una reducción de la población y que a partir del 2040 se disminuirá en dos millones de trabajadores del mercado laboral en Europa al año. Lo define como la muerte súbita es mitigada porque cada vez somos menos pero el pastel a repartir es menor, lo que da una falsa sensación de estabilidad.

A esto le tenemos que indicar que el cambio cultural que se lleva realizando en Europa hace que pocos roles de una persona rivalizan con el sacrificio y la entrega que implica la paternidad. Padres y madres conocen a la perfección los sacrificios que deben realizar por sus hijos.

Culturalmente se ha extendido una generación de jóvenes que se enfrenta a un dilema. Un tercio de los estudiantes universitarios en España ya están descartando la idea de convertirse en padres. Trabajar durante un mes y ver cómo prácticamente todo su salario se va en responsabilidades deja poco espacio para esos pequeños lujos como un viaje o el último producto electrónico.

Pero culpar al egoísmo de los jóvenes por la disminución de la natalidad es una simplificación injusta. Hay una serie de factores que dificultan que los jóvenes abracen este nuevo rol que la sociedad, economía y la naturaleza parecen imponerles. La emancipación es un desafío real en España, donde encontrar un trabajo estable es difícil, y acceder a la vivienda es aún más complicado. La independencia a menudo requiere años de trabajos precarios, y la ayuda de los familiares a menudo es necesaria para reunir un el capital que le permita comprar una casa.

Además, el mundo laboral actual favorece la movilidad geográfica, lo que puede ser un problema para las familias cuando ambos padres trabajan y no tienen acceso a guarderías que cuiden de sus hijos enfermos. En estas situaciones, las familias a menudo deben recurrir a niñeras, lo que añade costos adicionales.

A pesar de todas estas dificultades, hay muchos jóvenes y no tan jóvenes que desean ser padres. La sociedad española está evolucionando, y factores biológicos, como el retraso en la maternidad, están haciendo que la ventana de oportunidad para la paternidad sea más estrecha. También se reconoce que las familias no necesariamente tienen que seguir la estructura tradicional; dos padres, dos madres o incluso un solo padre son formas válidas de criar a los hijos.

Aquí radica un dilema. La natalidad es crucial para el crecimiento del país y para garantizar las pensiones en el futuro, pero las barreras sociales, económicas y laborales para ser padre siguen aumentando. Los gobiernos europeos están recurriendo a la inmigración para corregir la pirámide generacional y garantizar las pensiones.

Sin embargo, ¿Qué sucede con los ciudadanos que desean ser padres pero enfrentan dificultades? En algunos casos, enfrentan largas listas de espera en el sistema de salud para tratamientos de fertilidad, lo que es especialmente problemático porque el tiempo juega en su contra. La falta de información sobre estas listas de espera agrava aún más el problema.

La otra opción es recurrir a clínicas privadas de reproducción asistida, que a menudo son costosas y representan una carga financiera significativa para aquellos que ya están considerando gastos como comprar un coche más grande o cubrir las necesidades de un bebé.

Pero los padres que enfrentan los desafíos más grandes son aquellos que son solteros o parejas del mismo sexo, y también las familias tradicionales en las que la madre tiene problemas de fertilidad. En estos casos, no solo deben lidiar con desafíos económicos, sino también con obstáculos sociales y políticos.

La legislación española prohíbe la gestación subrogada en todas sus formas, lo que puede dejar a algunas parejas sin opciones viables para tener hijos. Este aspecto de la ley puede parecer hipócrita o discriminatorio, ya que limita las opciones de familias de clase media y evita que los ciudadanos españoles recurran a la gestación subrogada en el extranjero.

Así que, ser padre en España, a pesar de la necesidad y el deseo de tener hijos, se presenta como un desafío monumental. Las dificultades económicas, sociales y políticas pueden convertir este sueño en una odisea, y las soluciones políticas a menudo están ausentes en los debates nacionales. En un mundo en constante evolución, donde las definiciones de familia y paternidad están cambiando, es fundamental abordar estos desafíos y brindar apoyo a quienes desean embarcarse en el viaje de ser padres en España.

Analizando lo expuesto, se puede observar el distanciamiento entre la clase política europea y los ciudadanos es cada vez más evidente. La Comisión Europea ha recurrido a informes externos para identificar problemas que, según diversos análisis, fueron originados por las propias instituciones. En dicho informe plantea la recaudación de 800 mil millones de euros anuales para financiar las soluciones a dichos problemas, mientras que sus competidores, China y EE.UU. no cuenta con esa financiación para evitarlos, lo que hace pensar que la solución no llega solo con dinero público.

Un pequeño informe de 400 folios