Los familiares habían perdido contacto con ella mucho antes de su desaparición y desconocían por completo lo que "podría haber sido de ella desde entonces". Sólo su hermano había mantenido una estrecha relación con la desaparecida. Vivían juntos en la finca de Olesa de Montserrat (Barcelona) hasta el momento de su desaparición. Sin embargo, el hombre no presentó denuncia.
Diez años después, el macabro hallazgo de unos restos humanos en un pozo ubicado en una finca propiedad del presunto homicida han puesto final a la búsqueda iniciada por la Guardia Civil. Descartadas otras líneas de investigación como la de un cambio de identidad y de vida en otro lugar o que hubiese fallecido y su cadáver no hubiese sido identificado, la hipótesis final y sobre la que se centraron los investigadores fue la de una posible muerte violenta de la que supuestamente podría haber sido autor el hermano de la víctima.
Gracias a la labor de los perros del Servicio de Cinología de la Guardia Civil con dos guías y sus canes, uno detector de restos biológicos humanos y otro especializado en la localización de restos cadavéricos, fue determinante al ‘marcar’ una zona cubierta de escombros en el interior de un cobertizo anexo a la vivienda en donde se encontró el cadáver de la desaparecida.
Los investigadores procedieron a la detención del hermano de la víctima, como "presunto autor de un delito de homicidio con agravante de parentesco, pasando a disposición judicial y siendo ordenado por el Juez su ingreso en prisión provisional", concluye la Guardia Civil.