
Retiran la custodia de sus hijos por fumar demasiado delante de ellos
“El proceder del padre pone en peligro la salud de los pequeños de forma absolutamente irresponsable”
El tabaquismo es tremendamente perjudicial para la salud. Nadie lo discute. Nadie puede imponer una cortina de humo -nunca mejor dicho- entre esta nociva práctica -que para muchos es vicio- y su impacto negativo sobre el bienestar físico. A veces saltan a la palestra noticias que subrayan esta peligrosidad. La Audiencia Provincial de Córdoba ha retirado a un padre la custodia compartida de sus dos hijos tras exponerlos «constantemente» al tabaquismo que sufre y al que define como «fumador patológico».
Patológico, con todas sus letras. Fumar en una habitación con un niño está mal, muy mal, pero ya es motivo de pérdida de custodia si se convierte en habitual. Así las cosas, la Audiencia ha estimado el recurso de la madre contra una sentencia en primera instancia que acordaba la custodia compartida de sus hijos de 10 y 13 años porque el padre sometía a sus hijos al humo de sus cigarrillos. Los sometía sin descanso. Muy regularmente.
El tribunal ha admitido ahora sustituir el régimen de guarda y custodia compartida por una custodia materna. Así, sin concesiones. El recurso de la madre se basaba en entender que con la situación anterior no se respetaba el interés de los menores, que es siempre preferente, según consta textualmente en la sentencia facilitada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.
La noticia ha sorprendido a propios y extraños. Pero no necesariamente para mal. El tribunal de apelación, para adoptar esta decisión de atribuir a la madre en exclusiva la custodia de los hijos, ha tenido en cuenta que ambos menores «de forma espontánea y sin ningún tipo de indicio de manipulación -pues no se quejan del actual régimen de custodia compartida- aluden con gran preocupación apreciada en su exploración a lo que tienen que soportar de ambiente cargado de humo».
Aportemos más datos en este sentido. Según el TSJA, estos dos niños dan datos que ilustran sobre «el poco interés que su padre tiene en preservarlos del riesgo objetivo que supone estar los menores en un ambiente cargado de humo». A mayor abundamiento, el ponente de la sentencia, el magistrado Pedro Roque, recoge que el hijo mayor describe gráficamente cuando reconoce que dormía en la habitación que tiene aire acondicionado con un colchón, después de que el padre fumara allí.
No hay color. Blanco y en botella. En esta situación, concluye el tribunal, y ante la necesidad de evitar cualquier situación de riesgo para los menores, es evidente que «el proceder del padre pone en situación de peligro la salud de los menores de forma absolutamente irresponsable y sin mirar otra cosa que no sea a su adicción».
Y concluye señalando que «no puede permanecer esta sala indiferente ante esta situación que perjudica a los menores en su salud, pues no sería lógico que a los menores no se protegieran en su hogar de aquello que respecto a lo que la sociedad se cuida mucho en proteger para cualquier ciudadano, mayor o menor de edad en lugares públicos».