
La devoción a la Virgen del Carmen está profundamente arraigada en Andalucía. En numerosas iglesias tanto de la costa como del interior existe una imagen a la que los feligreses dedican sus plegarias durante todo el año, pero especialmente en estos días de su festividad.
Asimismo conviene no olvidar que tampoco falta su estampa en domicilios, hospitales y puestos de pescado de los mercados, ya que está considerada como patrona de los marineros y pescadores en muchos lugares de nuestra comunidad autónoma.

En el mes de julio tiene lugar una de las festividades más características y de mayor arraigo y tradición en la comunidad andaluza. Hablamos de la Fiesta de la Virgen del Carmen que se celebra en todos los municipios el día 16 de este séptimo mes del año.
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Y es que esta virgen es la patrona de muchas localidades de Andalucía, especialmente de las costeras, porque, a su vez, es la patrona de los marineros, por lo que la devoción por ella es doble y se multiplica con respecto a otros lugares.
Merece la pena visitar municipios como Zahara de los Atunes, Barbate, Chiclana, Chipiona o El Puerto de Santa María, en Cádiz. O Estepona, Rincón de la Victoria, Torremolinos o Teba en Málaga. También se celebra en Almería, en las localidades de Bentarique, Zurgena o Los Gallardos; en Huelva en los pueblos de Isla Cristina, Punta Umbría y Galaorza; y en Granada, en Benalúa. Esta festividad también de goza de especial tradición en localidades del interior de provincias de Sevilla y Córdoba.

Origen de la advocación en Israel
El origen de esta advocación mariana está en un grupo de ermitaños que, alrededor del siglo XII, inspirados en el profeta Elías, se retiraron a vivir al Monte Carmelo, considerado el jardín de Israel. De hecho, 'karmel' significa 'jardín'. En medio de sus celdas construyeron una iglesia que dedicaron a la Virgen bajo la advocación de Nuestra Señora del Monte Carmelo. Este movimiento dio origen a las órdenes religiosas carmelitas.

Celebración el 16 de julio
Según la tradición carmelita, el 16 de julio de 1251, la imagen de la Virgen del Carmen se le apareció a San Simón Stock, superior general de la orden, a quien entregó sus hábitos y el escapulario, principal signo del culto mariano carmelita.

Patrona de los marineros
En la Edad Media se creía que María significaba 'estrella del mar', en latín 'stella maris'. Desde aquella época, los carmelitas han aclamado a la Virgen como la 'Flor del Carmelo' y la 'Estrella del Mar'. Lo hizo el mismo Simón Stock con esta plegaria que se le atribuye: "Flor del Carmelo Viña florida, esplendor del cielo, Virgen fecunda, singular. ¡Oh Madre tierna, intacta de hombre, a todos tus hijos proteja tu nombre, Estrella del Mar!".
En el siglo XVIII, cuando ya era muy popular la fiesta de la Virgen del Carmen en España, el almirante mallorquín Antonio Barceló Pont de la Terra, nacido en 1716 y fallecido en 1797, impulsó su celebración entre la marinería que él dirigía. Fue a partir de entonces cuando la marina española fue sustituyendo el patrocinio de San Telmo por el de la Virgen del Carmen. También los pescadores la tienen como patrona.

Devoción ligada a la muerte
El fervor a la Virgen del Carmen también está ligado al momento de la muerte. La tradición carmelita cuenta que, cuando se apareció a San Simón Stock, la Virgen le entregó el escapulario que sería desde entonces el emblema de la orden carmelita y le dijo que quien muriera con él puesto no iría al infierno y salvaría su alma.
De ahí que también se celebren cultos a la Virgen del Carmen en el mes de noviembre, dedicado a los difuntos, como los rosarios de ánimas.

Apariciones divinas
Según la tradición, en el siglo xiv la Virgen se apareció al papa Juan XXII y le prometió ayuda contra sus adversarios si otorgaba una nueva aprobación a los carmelitas. La Virgen también prometió la salvación de los carmelitas profesos y de los devotos que llevasen la señal del hábito o el escapulario y cumpliesen prescripciones de oración y, en caso de que correspondiese a su estado canónico, de castidad.
La Virgen descendería al Purgatorio el primer sábado después de la muerte de las personas para llevar sus almas al cielo, de ahí que esto recibiese el nombre de Privilegio Sabatino