sábado. 20.04.2024

El mejor cartel de Semana Santa: la fuente de torrijas

El gran preludio de los días pasionales ya habita en la ciudad

Un cartel es anuncio. Un grito pegado en la pared. ¿O también expuesto tras la cristalera de un escaparate de la memoria y del tiempo presente.  No es preciso ni esperar a las primeras prematuras zambombas. Para detectar la proximidad -o no tanto- de las Pascuas. A mediados de noviembre los turrones en los centros comerciales, en las grandes superficies, ya anuncian que a la vuelta de la esquina -a mes o mes y medio vista- ya celebraremos las Navidades. Con todos sus pertinentes avíos ambientales, espirituales, materiales y… gastronómicos.

Hablamos de presagios. De preámbulos. Sí: de albores. En este sentido lo comercial se adelanta a las previas oficiales. Gana -se anticipa- en el almanaque, por goleada, lo oficioso. Fenómeno semejante sucede según el denominado tiempo de vísperas de la Semana Santa. La Cuaresma, insistimos: los presagios del gozo, los preludios de primavera…

Que no serán ni las convocatorias de los cultos -Quinarios y Septenarios- de las Hermandades (cartulina asida a los portalones de los templos) ni las misivas enviadas poco antes del Miércoles de Ceniza por los secretarios de las cofradías al cuerpo de hermanos. Aquello que verdaderamente anuncia la reválida de la Semana de Pasión es la fuente de torrijas en los escaparates de las pastelerías y en las vitrinas de las cafeterías de la ciudad. Así siempre fue.

Así debe ser. Nos lo aseguraba, hace ya varias semanas, por ejemplo, los cristales expositores de una conocida cafetería sita en Plaza Plateros. Allí, al trasluz, como un destello que derrite la baba, que acuna el arte hostelero, que nos regresa a la infancia, emergía -toda poderosa- la fuente de torrijas…

¿Qué tiene la torrija que nuestra amistad procura? ¿A todos gusta? La fuente de torrijas es la publicidad gratis et amore de la Semana Santa. La mas óptima campaña promocional que tener pudiera. Empero no únicamente de cara al público. También intramuros nuestros hogares. Con recetas heredadas por nuestras madres y abuelas. Por nuestras tías y tías abuelas. De generación en generación.

¿Cuál es la mejor receta? ¿Qué tipo de pan el más recomendable? ¿Qué cantidad de chorrito de miel? ¿Dónde radica la clave del recetario de su milagroso resultado? Expertas cocineras o cocinillas de nuevo cuño sacan a relucir lo mejor de sí ante su elaboración. A nadie, absolutamente a nadie, deja ni dejará indiferente el prodigio de su sabor. Ya hablaremos aquí, próximamente, de recetas. De elaboraciones. Quedémonos, por el momento, con el cartel de su presencia en las calles de Jerez.

El mejor cartel de Semana Santa: la fuente de torrijas