El Sevilla FC tenía en su mano ante el Borussia Dortmund (1-1) sumar una victoria que le invitase a creer de cara a las dos últimas jornadas de la fase de grupos de la UEFA Champions League. Una versión muy mejorada del equipo de Sampaoli en la primera mitad permitió mantener vivo el sueño sevillista gracias al gol de Nianzou. Sin embargo, en el tramo final del primer tiempo, Bellingham volvió a consagrarse como ogro sevillista con un tanto que prácticamente les vale a los alemanes la clasificación y deja al Sevilla con la necesidad de casi un milagro para estar en los octavos de la competición.
Pocos eran los que esperaba una actitud tan seria e ilusionante del Sevilla en el inicio del encuentro. Lejos de ser el equipo vulnerable y sin intensidad que venía siendo en los últimos partidos, la mano de Sampaoli se notó en el Signal Iduna Park durante unos primeros minutos que fueron claramente sevillistas. Rakitic, por partida doble, tuvo las primeras del partido antes de que llegase el tanto que iba a abrir el marcador a favor de los hispalenses.
Contra todo pronóstico en la previa, el Sevilla FC se encontró muy cómodo en el encuentro, y a balón parado, Ivan Rakitic se inventó un excelente asistencia a la cabeza de Nianzou (18'). El francés remató con un cabezazo inapelable para hacer el 0-1 en el partido para delirio de los sevillistas desplazados hasta Dortmund.
Pero los alemanes fueron comiéndole poco a poco la tostada a los de Sampaoli. Al igual que ocurrió hace una semana en el Sánchez-Pizjuán, Bellingham (35') volvió a aparecer para cambiar el partido. El joven centrocampista inglés tejió casi el solo la jugada para terminar rematándola dentro del área, con ayuda de Nianzou, para poner el empate con el que se iba a llegar al descanso.
El Borussia dominó y el Sevilla tuvo la más clara
El paso por los vestuarios no sentó nada bien al Sevilla. El Borussia salió con la misma inercia positiva con la que cerró el primer tiempo y se hizo dueño y señor del partido. Con el Sevilla defendiendo en bloque bajo, los de Edin Terzic estuvieron mucho más cómodos que cuando les obligaban a salir bajo presión.
El Sevilla perdonó y eso en Champions es algo que no te lo puedes permitir bajo ningún concepto. Erik Lamela tuvo la más clara del segundo tiempo con un remate a bocajarro dentro del área pequeña, pero su disparo se topó con el cuerpo del guardameta que iba a erigirse como salvador para su equipo.
Con un Sevilla que fue de más a menos en el partido, los minutos fueron pasando y la esperanza de lograr un gol que pudiera darle vida a sus aspiraciones en la Champions League fueron esfumándose.
Sin tiempo para más, los de Sampaoli, que mostraron una mejoría evidente sobre todo durante el primer tramo del partido, se despiden prácticamente de luchar por la segunda plaza del grupo y se la jugarán todo o nada ante el Copenhague para acabar terceros e ir a la Europa League.
