En el armario del Málaga Club de Fútbol, las combinaciones para asistir al acto de la permanencia son muchas y variadas. Después de volver de Tenerife sumando tres puntos, en el que, a priori, se presentaba como el acto más comprometedor, las opciones de que los malaguistas puedan celebrar en el Estadio La Rosaleda lo que tanto han soñado conseguir durante los últimos meses son más reales que nunca.
No solo lo han soñado. Lo han luchado cada fin de semana, desde la grada, desde casa e incluso desde el bar, rodeado de gente que remaba con la misma fuerza. Han sido numerosas batallas en las que las balas se vestían de goles encajados y sucesivas derrotas y en las que los golpes desembocaban en reproches, abrazos, enfados, lágrimas y euforia. De todo un poco. 90 minutos dan para mucho cuando hablamos de fútbol, pero ni las peores circunstancias han acabado con la fe malaguista y eso es algo que siempre se han encargado de transmitir al césped.
Al Málaga se le ha presentado la oportunidad perfecta para devolverle a la afición todo lo que le ha dado desde que comenzó la temporada y para compensar el sufrimiento provocado por los momentos de crisis que ha sufrido el equipo tanto dentro como fuera del campo, sobre todo en la segunda mitad del calendario liguero.
La victoria asegura la permanencia
Volvemos a esas combinaciones. Los de Pablo Guede no quieren perderse la fiesta de la salvación y tan solo quedan dos plazas. Hace unos días, Alcorcón y Fuenlabrada fueron los primeros descartados y, este sábado, 21 de mayo, a las 20:00 horas, Málaga y Sporting de Gijón intentarán sumarse a los últimos confirmados de la celebración: Lugo y Mirandés. La invitación está sobre la mesa, pero hay que hacer la mejor elección.
Abrimos el armario malaguista y vemos, al fondo, una opción segura, esa que nunca falla. Nada arriesgada, pero la más difícil de alcanzar. Se trata de la victoria. Llevarse los tres puntos del partido ante el Burgos aseguraría, matemáticamente, seguir compitiendo en LaLiga SmartBank el año que viene.
En este caso, irónicamente, el pitido final sería la señal de inicio de los minutos más felices vividos durante los últimos años en La Rosaleda.
¿Qué pasa en caso de empate?
Otra combinación, algo más atrevida, tiene como elemento principal el reparto de puntos. Con un empate, el Málaga sumaría 46 puntos, que es el máximo al que sus rivales directos, Amorebieta y Real Sociedad B, pueden optar en las dos jornadas que restan de competición. Este resultado valdría para asegurar la permanencia si ninguno de los dos logra una victoria este fin de semana, terminando con 41 puntos.
Los malaguistas tienen el gol average comprometido con ambos equipos, por lo que, si tan solo uno de ellos ganara su partido, el Málaga tendría que esperar a la última jornada. Con el Amorebieta está empatado y con el Sanse perdido. En el primero de los casos, dicho empate se rompería atendiendo a la diferencia de goles totales. A día de hoy, la de los blanquiazules es de -19 y la de los de Vizcaya, de -15: habría que recortar cuatro goles en dos encuentros.
La salvación podría lograrse perdiendo el partido
La última combinación que podría llevar el Málaga a la celebración es solo apta para los más valientes. Es posible que los de Guede terminen el partido con una derrota ante el Burgos. En esta situación, La Rosaleda todavía tendría opción de celebrar la permanencia.
Para que eso sea posible, Amorebieta y Sanse tendrían que dejarse puntos en sus choques, ya sea empatando o perdiendo, puesto que se quedarían a una distancia de cuatro o cinco puntos de la salvación y, por lo tanto, ya sería inalcanzable y la del Málaga sería matemática.
Sin embargo, si uno de los hace los deberes y gana su partido, esa diferencia se reduciría a dos puntos y, aunque los malaguistas seguirían dependiendo de sí mismos en la última jornada, la lucha por la salvación se apretaría mucho.
En resumidas cuentas, si el Málaga quiere evitar complicaciones innecesarias y vivir un sábado como los que ya ni se recuerdan, tiene que dejar a un lado lo que hagan sus rivales directos, dejar el 200% sobre el césped y regalarle a la afición los tres puntos y la permanencia.
