Fueron 90 minutos que podían suponer un poco de calma entre tanto desastre. El Málaga Club de Fútbol encaraba, el pasado sábado, un duelo decisivo que marcaría la forma en que los malaguistas vivirán los últimos instantes de la temporada, en plena lucha por la permanencia.
Todo pudo acabar mejor, aunque también peor. El Estadio La Rosaleda fue testigo de cómo el Málaga no consiguió pasar del empate ante el Oviedo, un rival que se está jugando terminar la campaña en puestos de play off por el ascenso. No era un partido fácil, ni mucho menos, nunca lo es cuando el equipo al que te enfrentas es aparentemente superior y, además, le urge la victoria tanto como a ti.
El peor momento de los últimos cuatro años
No se logró esa calma y, además, el desastre ahora es aún mayor. A la temporada le restan tres jornadas y la situación en la que se encuentra el Málaga es la peor que se ha vivido en la Costa del Sol desde que el equipo abandonó la Primera División.
La Rosaleda respondió a la llamada del club y llenó sus gradas para darle alas al equipo en lo que pudo suponer la huida definitiva de los puestos de descenso. Sin embargo, esto no fue suficiente. El factor casa ya no es lo que era al principio de la temporada. Todo ha cambiado mucho desde entonces, tanto que lo que empezó siendo un sueño real por alcanzar el ascenso se ha convertido en toda una pesadilla en la que sobrevivir es lo único a lo que se aspira en Málaga.
Es el típico final de una película que nadie se espera cuando empieza a verla. Como si el amor idílico del comienzo se transformara, de repente, en ciencia ficción y terminara en terror. Un radical giro de guion que ha dejado a la desesperación como personaje principal.
Objetivo 'Depender de sí mismos'
La incorporación de Pablo Guede al reparto parecía ser lo que el público necesitaba para volver a confiar en un bonito desenlace. Sin embargo, el equipo ha vuelto a actuar sobre el césped como lo venía haciendo antes de que el técnico argentino se sentara en el banquillo malaguista y esto puede dar lugar a muchos problemas en plena recta final de la temporada.
El objetivo está más que claro y no hay nada más allá. El Málaga quiere seguir dependiendo de sí mismo para lograr la salvación y le esperan tres complicadas escenas por delante. Tenerife será el escenario de la primera de ellas, ante otro rival que se encuentra en luchando por el ascenso. La segunda será, de nuevo, en casa, donde se recibirá al Burgos, situado en medio de la tabla y sin nada que perder, ni que ganar.
El acto final será en Lugo. Este será el enfrentamiento más igualado atendiendo a la situación en la que llegan ambos protagonistas, aunque, para entonces, puede que el Málaga sea el único de los dos que tenga algo en juego. Especulaciones aparte, lo que, a día de hoy, es real, es que todo se les podría complicar mucho a los de Guede si no consiguen la victoria en el partido que les espera este domingo, 15 de mayo, en el Heliodoro Rodríguez López.
