Comidas de empresa, cenas familiares, Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo...un sinfín de eventos están por llegar en diciembre y uno de los elementos comunes en casi todos estos banquetes es el cerdo, en cualquiera de sus formas. En este caso hablamos del solomillo de cerdo ibérico, en venta en Carrefour a 17,90 euros el kilo y que es todo un éxito entre la clientela.
Puedes comprarlo desde ya y congelarlo en las tiendas de la marca de Jerez de la Frontera o del resto del país de esta manera puedes conservarlo para la Navidad o cualquier urgencia. En Carrefour se vende en envases de 400 gramos aproximadamente, es decir, a 7,16 euros cada uno, además advierten que no tiene gluten por lo que es apto para celíacos.
Lo bueno de este producto no es solo su precio ni su calidad por el hecho de ser 100% ibérico, sino que tanto la vida del cerdo como su sacrificio ha sido en España y eso ayuda al comercio interior, además de asegurarnos que el alimento no ha sufrido grandes cambios de temperatura. Carrefour es ya un experto en productos ibéricos.
Propiedades del solomillo de cerdo
Ya hemos mencionado que el cerdo en cualquiera de sus formas es el gran elegido en cualquier comida, ¿por qué? Veámos las características y las muchas propiedades que tiene el solomillo de cerdo ibérico.
El aporte de proteínas es muy alto ya que tiene muy poca grasa, por la zona en la que está ubicado. Por otro lado, esta carne tiene muchísimas vitaminas, como la vitamina B6 y B12, la tiamina o la riboflavina.
Los minerales son otros de los grandes que encontramos en el solomillo: desde fósforo hasta potasio, pasando por el magnesio, el zinc y el hierro, muy relevante para mantenernos con energía y sanos.
El solomillo no contiene nada de hidratos de carbono. Los valores nutricionales aproximados por cada 100 gramos de solomillo son los siguientes:
- 158 kilocalorías
- Grasas: 7 gramos
- Proteínas: 23 gramos
- Contiene hasta un 70% de agua
Formas de prepararlo
En las fechas navideñas hay una manera muy típica de preparar el solomillo de cerdo, que está más rico aún si es ibérico. Hablamos del solomillo Wellington.
Esta receta es algo incómoda de realizar en el día a día, por ello es más adecuada para una situación especial. En este caso el solomillo se asa en el horno envuelto en setas, castañas, jamón serrano y hojaldre, el cual le da la parte crujiente que marca la diferencia.
Otra forma distinta de servirlo a tus comensales será el solomillo con miel y mostaza, en esta receta encontrarás un contraste entre el dulce y salado que no dejará indiferente a nadie. Como acompañante nos valen una patatas fritas, aunque quedarían más elegantes y menos pesadas al estómago hechas al horno.
