jueves. 25.04.2024
Billie Eilish
Billie Eilish

The World’s a Little Blurry, el esperado documental sobre la vida de Billie Eilish, concretamente sobre el nacimiento de su vocación musical, sobre sus primeros pasos en el cultivo de la composición, de la creación, de la escritura de las letras germinales, de la elección de los temas... está cosechando todo un rotundo éxito.

Se han descubierto secuencias que son escenas muy ilustrativas de la vida de Billie. De una Billie niña a veces. De una Billie adolescente otras. De una Billie que es artista incipiente. De una Billie que no regateaba ninguna impostación. El documental es una pieza esencial para conocer el cómo y el porqué del ascenso meteórico de esta joven vocalista.

Billie Eilish es el desenfado de toda apariencia. La vibración de un sentimiento coral, unánime, multitudinario. Billie no es confrontación ni pretexto. Su transparencia no distorsiona todo el amplio despliegue de sus virtudes, de sus dones, de su talento musical.

Esta película repasa algunas filmaciones que hablan por sí mismas. Por ejemplo cuando Billie se reúne -un tanto incómoda en razón de su timidez- con un grupo de importantes empresarios de mediana edad. Se abordaría el espaldarazo -o no- a su arranque musical.

La brecha musical

La brecha generacional se masca en el ambiente. Subyace como una metáfora catártica. Ella sabe que vale. Ella está segura de la magnitud cualitativa de sus temas. Sabe, si, que sus canciones funcionan. Que tiene facilidad, suma facilidad, para conectar con el público… Pero también sabe que necesita la ayuda de la vieja industria -léase las radios, las discográficas- para llegar aún más lejos.

Billie Eilish Billie Eilish

Billie es una visionaria, tiene un control completo de su trabajo, a nivel visual musical y estilístico”, remacha el director del documental R.J. Cutler. Desde que la familia invitó a Cutler a su casa en 2018, cuando Eilish apuntaba maneras de gran estrella, el cineasta ha pasado dos años, dos años intensos,  documentando la vida de la joven.

Quiso también rebuscar en el archivo familiar de fotografías y vídeos caseros, rebuscar a fondo, hacerlo a conciencia, con el fin de retratar una de las personalidades más particulares del pop. “Grabamos como 100 horas a las que hay que sumar otras 100 que llegaron de los teléfonos de Billie y de vídeos familiares”, recuerda el director.

¿Cuál ha sido el resultado de dos años de trabajo? Podríamos decir que se resume en una cinta que repasa la creación de uno los álbumes más influyentes de la era, el ganador de cuatro Grammys When We Fall Asleep, Where Do We Go?, y, a su vez, los pasos de una adolescente que se acerca a la vida adulta.

Billie Eilish no una adolescente al uso

Una adolescente que no lo es al uso. Porque Billie combina sensibilidad -¿quizá demasiada sensibilidad?- y talento. Mucho talento. Un talento desbordante, un talento que empapa toda el potencial artístico de un ser predestinado para el éxito. Para arrasar por los escenarios de todo el mundo.

En el documental hemos descubierto algunas luminosas alegrías que ha recibido durante su vida Billie Eilish. Pongamos por caso el logro del carné de conducir, un hito explosivo para ella. Conducir era una meta que se le estaba resistiendo y sin embargo constituyó toda una hazaña a la postre.

De otro lado, claro está, estacionar su primer coche. O conocer a Justin Bieber en el escenario de Coachella. Su ídolo, su gran ídolo, a quien tanto llegó a adorar -auténtica veneración- cuando tenía 12 años. Desde que tenía 12 años.

Tanto admitió a Justin Bieber que pensó jamás podría querer a una pareja, a un novio, como lo quiso a él. “La clave del éxito de Billie Eilish es para que la analicen los expertos de la música -indica Cutler-. Ella tiene una gran empatía, comparte sentimientos con toda su generación y los transforma en arte”.

"Billie Eilish transforma los sentimientos en arte"