Que Billie Eilish tiene personalidad propia es una aseveración que nadie contradice. Personalidad humilde en su andar diario y potente encima de los escenarios. Ser fiel a sí misma ha beneficiad a la cantante. No debatirse con dobleces ni con caretas. No impostando la manera de ser. No disfrazándose de otro temperamento diferente al suyo. No aparentando lo que no es. La transparencia del ser como divisa, como código ético.
La cantante ha logrado conectar. Con empatía. Sabiéndose poner en el lugar de los otros. Sin ambiciones desmesuradas. Sin intereses subrepticios. Vivir cada instante acorde con sus propios postulados. Y esa honestidad con los propios pensamientos es un vaso comunicante con los contenidos textuales de sus canciones. Las letras concuerdan con los criterios, las vivencias, las emociones de Billie Eilish.
Conexión con el público
Muchas de sus frases son titulares externos de cuanto corre por dentro de la artista. Las frases no siempre provienen de una proyección pletórica del ánimo sino, por lo común, de estados como el miedo, la incertidumbre, las dudas, las inseguridades… También los sueños. Los anhelos. Las esperanzas. De ahí su conexión con todos los públicos. Porque ya desde las letras de sus propias canciones muestra y demuestra emociones comunes.
¡Quién se lo iba a decir a Billie Eilish! Ella quería ser bailarina profesional. Soñaba con ello. Pero un grave accidente en su pierna paró en seco el asunto. Y su meta se vio truncada por un imponderable inimaginable. El destino tenía preparado otro éxito para la joven autora. Un éxito que sabe de Grammy y de millones de seguidores. De incondicionales fans repartidos por todo el mundo.
Con sangre entra
Siempre se ha dicho que la letra con sangre entra. Y que es más poderosa la palabra que la espada. En efecto es así. Billie Eilish también es cuanto describe los argumentos de sus canciones. Billie se consagra, se confiesa y se radiografía en las letras, en la escritura, en la sinceridad cenital de sus melodías. Es como si la sensibilidad se derramara por el brazo para escribir el latido su verdad.
“Eras mi vida, pero la vida está lejos de ser justa”. “Tuve un sueño, tenía todo lo que quería, pero cuando me desperté te vi junto a mí”. Son frases que denotan un juego poético valedero de verdadera calidad.
Otros ejemplos
Entresaquemos otras. “Mi chico es un mal llorón, pero es un buen mentiroso que dijo que iba a cambiar”. Un mal llorón pero un buen mentiroso. “Espero a que el mundo sea mío, las visiones que destrozo. Deberías verme con una corona, voy a reinar esta ciudad”.
Y suma y sigue espigando en sus temas: “No digas gracias o por favor, hago lo que quiero cuando quiero, mi alma es tan cínica”. O esta otra: “Malas noticias, uno de nosotros va a perder, yo soy la pólvora y tú el encendedor, sólo añade algo de fricción”. ¿Qué frases de Billie Eilish elegiría el lector? ¿Qué confesión puntual de sus canciones? ¿Qué miedo, qué duda, qué certeza? Millones de personas se identifican con la autenticidad de esta joven cantante. ¡Y no es para menos!
