sábado. 20.04.2024

Las investigaciones iniciadas contra el rey emérito continúan aportando datos reveladores. En esta ocasión, se ha tenido conocimiento de que el Gobierno pagó 1,2 millones de euros de la deuda de Juan Carlos I.

El Gobierno ha informado que el Consejo de Administración del Patrimonio Nacional asumió íntegramente el pago de las indemnizaciones de los diez trabajadores, de 1.235.441 de euros, de la tripulación del yate Fortuna al que renunció en 2013 el rey emérito Juan Carlos I.

Así se recoge en una respuesta parlamentaria que el Ejecutivo ha dado al senador de Compromís, Carles Mulet, que pedía explicaciones al Gobierno del coste por el "despido improcedente" de los diez trabajadores de este yate.

Según explica el Gobierno, en el año 2013 el rey Juan Carlos I renunció al yate Fortuna, que fue desafectado a través de un real decreto. Como consecuencia, se puso fin al contrato de mantenimiento del yate que Patrimonio Nacional tenía suscrito con la empresa Unión Naval Valencia S.A.

De este modo, el pago de las indemnizaciones de los diez trabajadores se tramitó a través de un crédito extraordinario financiado mediante una transferencia del Ministerio de la Presidencia.

Para asumir dicho gasto de más de 1,2 millones, se tramitó una transferencia de crédito desde el programa presupuestario de imprevistos. Todo de acuerdo con los Presupuestos Generales del Estado de 2013.

Expatriación del rey emérito

El rey Felipe VI fue quien tomó la decisión de que su padre se marchara de España de forma «indefinida». Este plan lo comenzó a llevar a cabo seis meses antes al conocer los negocios ocultos del rey emérito en el extranjero. Evidentemente, necesitó mucho tiempo para convencerle porque «en absoluto» Juan Carlos I quería asumir la decisión como propia. Esta idea viene recogida en el libro ‘Felipe VI, un rey en la adversidad’ (editorial Planeta), escrito por el periodista y analista José Antonio Zarzalejos, cuya presentación ha tenido lugar este miércoles 10 de febrero.

José Antonio Zarzalejos ha revelado que el rey Felipe VI comenzó con preparar el plan de expatriación en marzo de 2020, momento en el que renunció a la herencia de su padre y le retiró la asignación del estado al descubrir que le había puesto de beneficiario en dos fundaciones opacas (Lucum y Zagatka), lo que supuso «un repudio definitivo» hacia don Juan Carlos. «Convencer al padre requirió tiempo y esfuerzo porque era imprescindible que el emérito asumiese como decisión propia la que no lo era en absoluto», revela el libro.

Esta se trató de una «estrategia coordinada» de la Casa Real con el Gobierno, que brindo un apoyo «distante, pero efectivo» en la expatriación del rey emérito. Como condición para aceptar la salida de España, Juan Carlos pidió poder «moverse con plena libertad a otros cuando lo creyese conveniente» y decidir cuándo comunicar que se había trasladado a Emiratos Árabes Unidos. El autor del libro sostiene que la marcha de Juan Carlos podría ser «definitiva» aunque Abu Dabi no sea «permanente», y añade que ni Zarzuela ni el Gobierno tienen un plan B para el regreso del emérito.

«El mayor peligro del rey Felipe VI es su padre»

Continuando con la promoción del libro, José Antonio Zarzalejos estuvo en ‘Al Rojo Vivo’ en La Sexta, donde declaró que la marcha del rey Juan Carlos I de España por los escándalos fiscales se tomó «en perfecto acuerdo con Felipe VI y con el aval del presidente del Gobierno». Asimismo, recalcó el ocultismo que había entorno a este tema, pues el vicepresidente Iglesias supo la noticia «poco antes del anuncio a los medios de comunicación».

El Gobierno pagó 1,2 millones de euros de la deuda de Juan Carlos I