sábado. 20.04.2024
Oruga procesionaria
Oruga procesionaria

La oruga procesionaria (Thaumetopoea pityocampa) es una larva que está presente en las agujas de los árboles y está formada por un capullo de seda que en un futuro da lugar a una mariposa. Estas larvas, con la llegada del buen tiempo en Jerez de la Frontera, y en el resto de España, descienden de los árboles para enterrarse en el suelo y completar su transformación. Es aquí donde entra en juego el peligro para nuestras mascotas, tanto perros como gatos.

El Ministerio de Sanidad en España ha recomendado tomar algunas medidas de prevención al pasear por pinares afectados por este tipo de orugas, tales como llevar gafas, gorros y evitar frotarse los ojos.

Oruga procesionaria
Oruga procesionaria

Sin embargo, con los que debemos de tomar serias precauciones son con nuestros perros o gatos, pues que ingieran esta larva puede dar lugar a una serie de problemas graves para su bienestar.

Tal y como afirman desde Sanidad, la procesionaria del pino puede llegar a suponer un grave problema para la salud pública debido a los pelos que poseen estas larvas. Estos pueden derivar en trastornos alérgicos en personas, mientras que en los animales domésticos pueden provocarle incluso la muerte. 

Por esta razón, se recomienda evitar pasear bajo pinos que creamos que puedan estar afectados por la oruga procesionaria, o cerca de ellos. Después del paseo, lo ideal sería ducharse y lavarse la cabeza, así como limpiar a nuestra mascota para evitar que pueda infectarse.

Peligros de la oruga procesionaria en perros y gatos

Pese a que son de apariencia inofensiva, estas orugas tienen unos pelos urticantes que sueltan cuando se sienten amenazados. Estos peles son diferentes de los pelos visibles de la oruga, pues estos están dotados de ganchos que si se adhieren a la piel y/o superficie de otros órganos, se rompen y liberan una toxina muy peligrosa.

Oruga procesionaria
Oruga procesionaria

De hecho, los gatos pueden afectarse con esta larva, pero por lo general, son los perros los que suelen ser más atraídos por estas pequeñas criaturas que podrían resultar incluso mortales.

Sobre todo, las partes del animal que se ven afectadas por la presencia de este agente son el hocico y la boca, pero tampoco es raro ver otras zonas afectadas como puedan ser los ojos, párpados y el tubo digestivo.

Entre los síntomas más frecuentes que pueden darnos una pista de sí nuestro perro está sufriendo los efectos de la larva, lo normal sería que este salivase en exceso y sienta dolor, sobre todo si ha habido contacto con la lengua, boca o saliva. Es más, la lengua tiende a inflamarse, lo que se conoce como un edema, lo mismo puede ocurrir en cara y ojos. 

En el caso de que no tratemos este tema a tiempo, la picadura de la procesionaria puede llegar a acabar con la vida de nuestra mascota. Ya sea por un problema antiinflamatorio tan agudo que derive a un shock anafiláctico, o bien porque las vías se cierren tanto que nuestra mascota no pueda respirar.

Síntomas de la oruga procesionaria en mascotas

Por lo general, los principales síntomas que provoca el estar en contacto con la oruga procesionaria son los siguientes: 

  • Hocico y boca: Importante inflamación en boca y hocico del animal que puede aparecer durante una necrosis en la lengua. Esta puede llegar a caerse a trozos, lo que impedirá la correcta alimentación del animal.
  • Piel: El contacto con la piel del gato o perro puede provocar una violenta urticaria acompañada de ronchas rojas. También son normales el picor y la hinchazón de la zona afectada.
  • Ojos: Al estar la posibilidad de que puedan dañarse los ojos de gravedad, los pelos pueden provocar una inflamación conjuntiva de la córnea y también úlceras de la córnea. 
Así afecta la oruga procesionaria a los perros y los gatos
Así afecta la oruga procesionaria a los perros y los gatos

¿Qué hago si mi mascota tiene oruga procesionaria?

En el caso de que nuestro animal entre en contacto con una oruga procesionaria, lo ideal sería enjuagar la zona afectada sin frotar. Es sumamente relevante consultar con urgencia a un veterinario, pues a veces las consecuencias pueden ser graves e irreversibles para el perro o gato, por lo que no debemos de tardar mucho en actuar.

Si el tratamiento se efectúa rápidamente, las posibilidades de curación sin secuelas son mucho más probables, tanto en animales como en humanos.

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