jueves. 25.04.2024

La Sección Octava de la Audiencia Provincial de Oviedo con sede en Gijón ha condenado a siete años y tres meses de prisión a un sacerdote jesuita del colegio de la congregación en Gijón. Todo como autor responsable de un delito continuado de abuso sexual, con prevalimiento y acceso carnal de una alumna.

Concurre en este caso la atenuante de disminución del daño; según la información facilitada por el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA).

Además de la pena de cárcel, se le condena a inhabilitación para el desempeño de actividades docentes y de cualquier otra relacionada con menores de edad, con una duración de seis años; prohibición de aproximarse a una distancia de 500 metros, en cualquier lugar en el que ésta se encuentre, su domicilio y lugar de trabajo. Y prohibición de comunicar con la víctima por cualquier medio durante el plazo de siete años y tres meses.

Abusos sexuales continuados durante dos años

Abusa sexualmente durante dos años de la hija de su pareja. La Sección Segunda de la Audiencia de Jaén ha condenado a cinco años de cárcel a un hombre, J.M.T., de 42 años, acusado de abusar sexualmente de forma continuada de la hija de su pareja, una menor de 14 años, que ahora ya tiene 19 años.

La sentencia, a la que ha accedido Europa Press a través del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), considera probado que J.M.T. realizó a la menor «diversos tocamientos de índole sexual» desde que la niña tenía 14 años y hasta que cumplió 16.

Añade que «la menor se negaba a tales prácticas e intentaba eludir las situaciones que pudieran favorecerlas»; mientras que el acusado «aprovechaba cuantas ocasiones se mostraban propicias»; bien cuando la madre no estaba en casa o cuando trasladaba a la menor en coche.

El tribunal, a través de los hechos relatados por la menor, considera que el acusado ejerció sobre la menor «una constante tensión emocional que le impedía toda reacción defensiva; más allá de la natural tendencia a evitar en lo posible las situaciones de peligro».

Estado de falsa realidad

Añade que la situación generó a la víctima «un estado de falsa realidad en el que la menor había de desenvolverse forzadamente ante el temor a las consecuencias que podría acarrear el comunicar a su madre todo lo que estaba sucediendo».

Condenado un sacerdote por abuso sexual de una alumna