sábado. 20.04.2024

Las personas con hábitos nocturnos tienen más riesgo de muerte prematura

Un estudio realizado sobre 500.000 voluntarios así lo revela

No podríamos aseverar que por madrugar… amanece más temprano pero sí que, en efecto, a quien madruga… Dios le ayuda. Y no por otra razón como por la propia del descanso que comporta.

La ciencia -siempre tan exacta y en raras ocasiones difusa y confusa- confirma que el dicho conlleva bastante razón, algo siempre de verdad. Y es que un nuevo estudio realizado por un equipo del Weinberg College of Arts and Sciences, en Chicago, ha revelado que las personas con hábitos noctámbulos tienen más riesgo que el resto de morir de forma prematura.

No se trata de una mera suposición o conclusión basada en hipótesis infundadas. No responde a un análisis hecho al voleo. Los investigadores realizaron su estudio con unos 500.000 voluntarios y observaron que aquellos que eran de hábitos nocturnos y, por tanto, se despertaban ya bien avanzada la mañana, tenían hasta un 10% más de posibilidades de fallecer en los siguientes seis años. El dato asombra e incluso estremece. Pone la piel de gallina.

El informe es de veras interesante. Los autores del estudio también observaron que estas personas tenían más posibilidades de padecer diversas enfermedades como la diabetes o trastornos gastrointestinales. Cabría preguntarse por qué esto es así. Cuáles son las claves.

Los investigadores lo achacan a la existencia de un desajuste en los ritmos circadianos de estas personas, lo que al fin y al cabo provoca que se alimenten y duerman a destiempo, que tengan menos tiempo disponible para hacer ejercicio, etcétera.

También el estudio ofrece algún ángulo positivo: las personas noctámbulas tienden a ser más brillantes, más creativas, más imaginativas que aquellas que van a la cama a la hora más o menos prudente y tradicional.

Las personas con mayor coeficiente intelectual tienden a ser más activos durante la noche y se duermen más tarde. Está comprobado. En cualquier caso, la salud manda. Y lo aconsejable es descansar a las horas que nos enseñaron de niños.

Las personas con hábitos nocturnos tienen más riesgo de muerte prematura