sábado. 20.04.2024

"Lloraba rodeada de excrementos"

Hallan un bebé encerrado durante años en un maletero

La vuelta de tuerca de la maldad sigue girando. Para asombro de propios y extraños. Una mujer da a luz a su hija y de inmediato la mete en el maletero del coche: allí y en el garaje de su casa la mantuvo con vida durante dos años sin que nadie, ni siquiera su marido ni sus otros tres hijos, supieran ni que había nacido. Parece mentira pero es un caso real como los claroscuros de la vida misma.

A la niña la encontró un mecánico. Estaba en un estado deplorable. Ocurrió en Francia en 2013 y ahora se juzga a esta mujer: la niña sufre daños cerebrales irreversibles. Porque la tortura de la criatura fue de consideración.  Encerrada día y noche en el maletero del coche: así vivió Serena durante meses.

Repugna esta acción inexplicable. Su madre la metió allí y la ocultó a todo el mundo, a todo ser conocido o desconocido, y es que fue ella misma quien lo contara con una tranquilidad pasmosa en 2013 a la cadena francesa TF1: "Corté el cordón, tomé a la bebé en mis brazos y después de un rato, la amamanté y fui a ocuparme de mis otros hijos para llevarlos al colegio".

De novela de terror retorcido. Rosa María Da Cruz no contó nunca a su marido que estaba embarazada ni tampoco a sus tres hijos. Decidió esconder a Serena en el sótano, siempre a oscuras y en silencio. Cuando su marido se quedó en paro, y por consiguiente pasaba más tiempo en casa, la escondió en el maletero. En un taller mecánico lo descubrieron todo cuando la niña estaba a punto de cumplir dos años. Dos años de sufrimiento.

"La pequeña estaba desnuda. El olor era insoportable, lleno de bolsas de basura y excrementos. La niña lloraba y buscaba aire para respirar", explica Denis Latour, el mecánico que descubrió a Serena. La narración pone los vellos de punta. Aturde.

El juicio contra Rosa María se celebra ahora en Francia. Se enfrenta a 20 años de cárcel por el autismo irreversible que tiene Serena. A punto de cumplir los siete años, la niña vive con otra familia y, por lo que sufrió, todavía es incapaz de hablar.

"Lloraba rodeada de excrementos"