sábado. 20.04.2024

Roba una escultura de una calle y después la devuelve con una carta de disculpa

“Iba muy alcoholizado. Al día siguiente, se me cayó el mundo encima cuando vi lo que había hecho”

El arrepentimiento es un valor siempre en alza. Nunca está de sobra. Nunca es un excedente. Sí un plus de virtud personal. Incluso en mayor medida en actos delictivos considerados menores. O no tanto. Ha sucedido hace unos días en la céntrica Avenida de San Francisco La Roche, de Santa Cruz de Tenerife. A través de una llamada al 091 se informaba de la desaparición de ‘El chicharrito reflejo’. ¿Qué es ‘El chicharrito reflejo? Una escultura que representa uno de los símbolos de la ciudad. Un símbolo en toda regla.

Los agentes en efecto se desplazaron rápidamente hasta la zona. Y encontraron tan sólo la peana (de dos metros de altura, aproximadamente). ¿Y el pescado realizado con trozos de cristal? Ni rastro de su escultura. No se manejaba ninguna pista. Ninguna. ¿Qué hizo el concejal de Cultura del Ayuntamiento capitalino tinerfeño José Carlos Hacha? Instar y procurar sensibilizar al ladrón al tratarse de “un símbolo de la ciudad”.

Lo que ocurrió a continuación puede considerarse hasta de algún modo edificante. Un vecino encuentra la escultura, cuatro días después, en la calle Celia Cruz. Impecable. En perfectas condiciones. ¿Qué llamó la atención? Un sobre adherido a la figura con la palabra “léeme”. ¡Qué misterio! ¡Qué curiosidad! En el interior del mismo, un folio. En el folio, escrito a mano con bolígrafo azul, el autor del robo relataba lo sucedido y asimismo pedía perdón.

El autor narraba cómo en pureza no era su intención robar el chicharro. No era consciente de lo que hizo porque “iba muy alcoholizado”. Fue cuando se levantó al día siguiente realmente se percató de su acción. “Se me cayó el mundo encima. He estado unos días muy nervioso y no lo he entregado antes para que no supieran quién era y ganarme mala reputación o perder el empleo. Soy una persona a la que normalmente nunca se le pasarían estas cosas por la cabeza. Una vez más ruego perdón”, apostilla en la misiva.

Con todo y con eso, el Cuerpo Nacional de Policía ha iniciado de inmediato una investigación al respecto y todavía a día de hoy no se tienen pistas de quién pudo sustraer tan emblemática escultura. En este sentido se está procediendo al visionado de las cámaras de seguridad existentes en la céntrica avenida en donde se registraron los hechos. La escultura data del año 2017 y está ubicada a la entrada de la ciudad.

Roba una escultura de una calle y después la devuelve con una carta de disculpa