jueves. 25.04.2024

Víctima de bullying a la que dieron una brutal paliza se convierte en modelo

La joven, debido a la agresión, sufrió fractura se nariz y pómulos y lesiones en la cara

Quien la hace, la paga. Siquiera sea como efecto boomerang. Con el paso y el peso del tiempo. A las pruebas nos remitimos. Hagámonos una composición de lugar: adolescente británica que acaba con muchas heridas después se haber recibido una brutal paliza por parte de sus compañeras-¿compañeras?- de clase. Le hacían bullying. Un bullying atroz. La paliza tiene lugar durante el pasado mes de abril.

Ahora ha dado su merecido escarmiento a las desaprensivas agresoras porque la víctima ha protagonizado una sesión de fotos, tal y como si fuese una top model. Con fotógrafos de prestigio. Modelo de alto nivel. Va camino de serlo. Antes o después. Pero para entender el alcance de esta venganza tácita conviene poner en situación cronológica los hechos.

Planteamiento: Natasha Roberts se quedó literalmente irreconocible cuando tenía 13 años. Recibió todo tipo de brutales golpes, de vejaciones, de patadas de sus compañeras de colegio. La dejaron tendida en el suelo, dolorida, inmóvil, sin poder moverse apenas. En quietud. Agarrotada. Encogida sobre sí misma.

Sufrió fractura de nariz, de pómulos, múltiples lesiones en la cabeza. Sus agresoras le arrancaron trozos se pelo. Las secuelas fueron impactantes. No pudo regresar en mucho tiempo a la escuela. Y padeció lo inevitable: un fortísimo estrés postraumático.

Meses después todo ha dado un giro de ciento ochenta grados. Y es que posar para una sesión de fotos ha descubierto sus dotes como modelo. El match point de la suerte cayó en su cancha. Fue el fotógrafo Jamie Lundy quien contactó con ella para ofrecerle una sesión de fotos gratuita, algo que, según la madre de la adolescente, le ha venido muy bien para recuperar su confianza, truncada tras la paliza. Recuperar la autoestima. La seguridad. El valor suficiente, hasta ahora hecho trizas.

La madre ha constatado la mejoría de Natasha. «Ella realmente quiere ayudar a los demás, asegurarse de que no se den por vencidos y de que los matones no ganen. Con la confianza que le dio la sesión de fotos, se maquilló y se peinó y dijo "nadie me va a vencer"». «El fotógrafo le dijo que lo normal era que costara un par de horas conseguir una buena foto, pero se sorprendió por lo bien que posaba ella», relata la madre.

El dolor no se olvida. Al comentar sobre la terrible situación que vivió la adolescente en abril, cuando sus compañeras de clase le dieron una brutal paliza, la madre no esconde su pesar, su horrible pesar: «Fue horrible. Todavía tengo pesadillas sobre eso. Estaba irreconocible. No creo que esas matonas se dieran cuenta de lo que sus acciones pueden hacer a otra persona y el efecto psicológico que tiene sobre un niño. No se dan cuenta de lo que le han hecho pasar».

El fotógrafo Jamie Lundy dijo: «Durante meses, Natasha estuvo comprensiblemente aterrorizada. Sufrió una depresión terrible y baja autoestima y ansiedad. Pero su venganza ha sido su primera sesión de fotos. Qué joven tan increíble. Tiene un gran futuro como modelo». Por la paliza se declararon culpables a principio de este año dos niñas de catorce años, que fueron condenadas a pagar una indemnización.

Víctima de bullying a la que dieron una brutal paliza se convierte en modelo