Terrible suceso el protagonizado en Sevilla por un anciano de 78 años que abusó de su nieta mientras la cuidaba. Agentes de la Policía Nacional han detenido a un anciano de 78 años identificado como A.P.M., como presunto autor de un delito de abusos sexuales sobre su nieta cuando estaba encargado del cuidado de la misma, según dicho cuerpo.
Los hechos, según la Policía Nacional, sucedían cuando los padres dejaban ocasionalmente a su hija de siete años en casa de los abuelos. De esta manera, el familiar ahora detenido aprovechaba para acceder al cuarto donde la nieta dormía y realizar supuestamente los tocamientos, sin que la abuela pudiera percatarse de los hechos que estaban sucediendo.
La víctima, según la Policía Nacional, ocultó estos hechos casi 20 años, pero "en el transcurso de una reunión familiar decidió contar lo sucedido y narrar el sufrimiento padecido, enterándose en ese mismo momento su padre, hijo del presunto agresor, quien inmediatamente lo puso en conocimiento de la Policía".
Tras la denuncia, agentes de la Policía Nacional pertenecientes a la Unidad de la Familia y La Mujer de la Comisaría Local de Dos Hermanas iniciaron la correspondiente investigación para el esclarecimiento de los hechos, culminando el día 4 de marzo con la detención de este hombre por un presunto delito de abusos sexuales y su puesta a disposición judicial.
Otros sucesos en Sevilla
Sevilla sigue protagonizando gran parte de los sucesos y la Guardia Civil se encuentra investigando a cinco personas, responsables de una finca del municipio sevillano de Alcalá de Guadaíra, tras la aparición de seis perros muertos en esos terrenos.
En un comunicado, la Guardia Civil señala que guardias civiles pertenecientes al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de Sevilla han recibido un aviso anónimo en el que comunican que, en una explotación ganadera dentro del término municipal de Alcalá de Guadaira, existe un gran número de animales --perros, cabras y algunos caballos-- en "unas deplorables condiciones higiénico sanitarias".
Tras ello, la Guardia Civil acude al lugar y realiza una inspección en la que comprueba que "efectivamente existen animales hacinados, con evidentes signos de abandono y que presentan deficiencias higiénico-sanitarias". Además, localizan seis cadáveres de perros podencos, en diferentes estados de descomposición, escondidos entre residuos orgánicos provenientes de los habitáculos de los animales. De hecho, uno de los cadáveres tenía un cordel de PVC encastrado en el cuello, por lo que no se descarta una muerte por asfixia.
