jueves. 18.04.2024
Manuel Escribano
Manuel Escribano | Foto: Arjona-Pagés

Plaza de la Real Maestranza de Sevilla, sábado, 22 de abril de 2023. Corrida de toros organizada por la empresa Pagés como sexto festejo del abono de la temporada. Tarde de cielo azul con viento a veces muy molesto. Lleno de público. Preside José Luque Teruel. Ameniza la Banda de Música “Maestro Tejera”, dirigida por José Manuel Tristán.

Se lidian seis toros de la ganadería de Victorino Martín (que pasta en Portezuelo, Cáceres), entre 493 y 546 kilos, cinqueños menos primero y sexto, bien presentados en tipo y con reparto irregular de fuerzas pero de comportamiento emocionante en general. En el arrastre, el primero tiene palmas; el segundo, palmitas; el cuarto, ovación y el quinto (Patatero de nombre), vuelta.

Patatero | Foto: Arjona-Pagés
Patatero | Foto: Arjona-Pagés
  • Manuel Jesús El Cid, honda trasera y desprendida, con descabello; vuelta al ruedo. Entera traserilla; una oreja.
  • Manuel Escribano, entera trasera; ovación saludada. Buena estocada, con aviso; dos orejas.
  • Emilio de Justo, gran estocada; una oreja. Dos pinchazos y entera en su sitio, con aviso; ovación.

Incidencias: con la pica destaca Mario Benítez en el cuarto. En banderillas apuntamos la actuación de Lipi (de la cuadrilla de El Cid), que se desmontera en el mismo cuarto.

Comentario

La Feria de abril va encarrilada. El día 20 Luque ofreció una faena perfecta a Príncipe y el 21 Roca Rey abrió la Puerta del Príncipe. Esto anima al personal, aunque el anuncio de los toros de Victorino Martín no necesita mucha ayuda para provocar un lleno de plaza. Hay dos clases de lleno de público: el lleno y el lleno de “No hay billetes”.

Vuelve El Cid (el de la tarde de Borgoñés) tras cuatro años de alejamiento. Esta tarde es, de momento, lo único que tiene firmado y debe salir a por todas. El público le obliga a saludar tras el paseíllo, en premio a su vuelta. Se anuncia Escribano, que nos trae recuerdos de su lidia al indultado Cobradiezmos. Emilio de Justo cortó en esta misma plaza dos orejas a un victorino en San Miguel de 2021 y es un buen reclamo; de hecho asoman banderas extremeñas en diversos puntos de los tendidos.

El Cid

El Cid (de tabaco y oro), en su primero, aplaudido de salida, saluda en tablas con alguna verónica buena. Al caballo va con poca fuerza y el palo cae trasero pero es bien cogido en la segunda visita y hay palmitas de tango. En banderillas hay buena actuación de Javier Ambel. Brinda al público y lo saca enseguida a los medios; empieza con dos tandas con la izquierda y acude noble pero blandeando y con dificultad para humillar.

Con la derecha protesta y obliga a acortar distancias, corriendo bien la mano en las dos siguientes por ahí. Con la zurda de nuevo, le aguanta firme miradas terribles y saca tres tandas de pases limpios, sin notarse el tiempo de ausencia en los ruedos.

A su segundo, cornivuelto y también aplaudido de salida, le aplica muchos capotazos en los que mete la cara, saliéndose a los medios. Hay palmas para la brega de Ambel y el maestro lo lleva galleando al caballo, para ser bien cogido dos veces por Mario Benítez, quien, al retirarse por el callejón, va oyendo palmitas. Los tres pares quedan bien y se desmonteran los dos.

Tras un breve inicio por alto pasa a la mano izquierda para dos buenas tandas por abajo con el trazo largo que estos animales permiten. A diestra  el viaje se recorta. De nuevo con la zurda, el toro acepta el reto y colabora en dos tandas, incluyendo uno bueno de pecho y un desplante con toque de pitón para acabar.

El Cid | Foto: Arjona-Pagés
El Cid | Foto: Arjona-Pagés

Manuel Escribano

Manuel Escribano (de verde y azabache), en su primero, bien armado, hace un saludo desordenado ante uno que humilla pero se revuelve. Empuja bien en el peto y le castigan con corrección aunque al salir cae como un cochino; en el segundo viaje cumple. El tercio de palos, desarrollado por el maestro, es aplaudido, especialmente en el tercero. Lo saca pronto a los medios y ahí, asentado, le saca tanda por arriba pero muestra enseguida su condición.

Por el pitón izquierdo siguen las dificultades de un toro gazapón y tobillero. A diestra de nuevo, recorta el viaje y suelta hachazos en dos tandas consecutivas con aguante, con desplante y premio de aplauso. Por izquierdo va peor pero el torero anda dispuesto. Una final serie a diestra consigue que se desplace, provocando con zapatillazo y sacando hacia afuera. El toro en ningún momento abre la boca, aunque decir esto quizás sea superfluo hablando de victorinos.

A su segundo, cárdeno claro y algo acapachado, va a recibirlo a porta gayola y solventa el trance limpiamente para, aunque hay un desarme, seguir con lances hechos con firmeza ante uno que humilla. El toro aprieta en el caballo pero la puya es trasera en ambas ocasiones. El maestro parea, con un cuarteo, uno de dentro afuera y otro sentado en el estribo; finalmente juega y aunque acaba tomando el olivo es muy ovacionado.

Brinda a Antonio Sanz, consejero de Interior, y se dobla ante un animal que se desplaza; en los medios hay serie con humillación incluyendo una parada de escalofrío. Por el pitón izquierdo tejonea (embiste como un tejón) en dos tandas y nos recuerda a Cobradiezmos con menos empuje. A diestra, la embestida es lenta, como si estuviéramos en Méjico, y el torero pulsea templadamente, despaciosamente, dando los tiempos y aguantando todas las paradas que hay que aguantar en tres series seguidas.

A izquierda, se revuelve rápido el animalito y dice que la faena está hecha. Tímidamente algunos pañuelos blancos salen en el tendido pero no hay tal. La particular forma de ejecutar la estocada no impide que ésta sea buena.

Escribano y Patatero | Foto: Arjona-Pagés
Escribano y Patatero | Foto: Arjona-Pagés

Emilio de Justo

Emilio de Justo (de corinto y azabache), en su primero, cornivuelto, recibe genuflexamente y avanzando con poder de tablas a tercio. Lo lleva por delantales al caballo, donde empuja con un cuerno y la cara arriba para recibir puyazo y puyacito. Los palos son eficaces y la brega, defectuosa. Brinda a El Cid; pases de prueba sirven para llevarlo a los medios para tanda breve, tras la que pasa a la mano izquierda con toro obediente y transmisor, en dos tandas largas de uno en uno; lo va enseñando y el toro acude. Con la derecha, empieza a acortar el viaje.

Por el pitón izquierdo, otra vez, va mejor, hay pases más largos y salen dos series arrancando algunos olés. La estocada hace caer definitivamente la oreja.

A su segundo, poco descarado, lo lancea por bajo y se produce una vuelta de campana, resintiéndose de los remos traseros. Yendo al caballo pierde las manos pero mete los riñones; al salir trastabillado, el público pide devolución aunque hay nueva visita al peto. Los palos se resuelven dignamente, junto a la buena lidia de Morenito de Arles.

El brindis va al público (con volteo, ay, de montera); lo saca de tablas y lo lleva a un punto donde el viento molesta más. En los primeros compases hay hachazos pero el torero aguanta; hay tres o cuatro series de embestidas violentas que ponen al público en vilo; mueve bien la mano y el bicho blandea en su juego agrio. Con la izquierda el toro se pone realmente difícil y más exigente si cabe, aumentando el mérito del torrejoncillano.

De nuevo a diestra, en medio de una ventolera sale la mejor serie. La serie final también es buena en medio de la embestida asimismo huracanada. El acero roba un trofeo.

La corrida ha durado tres horas y nadie se ha acordado de que existían los relojes. La emoción ha llenado la atmósfera todo el tiempo. Al salir de la plaza nos enteramos de que Patatero era hijo de Cobradiezmos; ya nos parecía y además Escribano ha estado a punto de repetir la misma historia triunfal. Sin embargo, lo importante ha sido el conjunto del buen envío que ha llegado desde las Tiesas de Santa María, con variedad de juego e igualdad de tensión.

Emilio de Justo | Foto: Arjona-Pagés
Emilio de Justo | Foto: Arjona-Pagés

Los toreros, por su parte, han hecho ver que son los que ahora más preparados andan para estos combates de bravura y hombría. Gran tarde.

En Sevilla, Escribano desoreja al hijo de Cobradiezmos