La Guardia Civil ha detenido en la mañana de este jueves al piloto de la narcolancha que mató a dos agentes del Instituto Armado tras embestirles hasta en seis ocasiones en el puerto de Barbate (Cádiz) el pasado 9 de febrero, según ha informado el cuerpo en un comunicado.
De igual forma, se ha solicitado al Juzgado de Instrucción número 1 de Barbate (Cádiz), que dirige la investigación, la emisión de tres órdenes internacionales de detención contra los otros tres ocupantes de la narcolancha, las cuales se prevé que sean emitidas en las próximas horas, todo ello debido al convencimiento de que se encontrarían fuera de España desde fechas cercanas a los hechos.
Todo esto ocurre poco después de que la Fiscalía de Andalucía subrayase en su memoria anual que el año pasado se registró un elevado número de avistamientos de embarcaciones de alta velocidad por todo el litoral; avistamientos que durante la segunda mitad de 2023 se incrementaron en zonas muy cercanas a la costa, incluso en el interior de puertos.
Narcolanchas en Barbate
Los informes emitidos por la Agencia Tributaria alertan pues de una grave situación. “La Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera ha podido constatar un aumento de un 29% de embarcaciones sospechosas de transportar drogas o combustible, aunque se estiman en muchas más, pues las horas de vigilancia se han reducido significativamente de año en año, normalmente por averías y falta de personal, especialmente de los medios aeronavales, lo que ha afectado sobre todo a las aprehensiones”, denuncia la Fiscalía en su balance.
Precisamente, el incremento es exponencial en la zona de Barbate, donde han desviado las organizaciones las narcolanchas, y en menor medida Almería, en detrimento de la zona Cádiz–Huelva, debido a la presión de las autoridades portuguesas, en especial de la Armada, advierte la Fiscalía de Andalucía, que añade que el aumento en la zona de Barbate-Cádiz es de un 375% (unas 133).
“Esto ha derivado en una sensación de impunidad y una alarma social elevada en las zonas de avistamientos, reclamando desde estas líneas, de nuevo, que se lleve a cabo una tipificación de esa actividad de transporte de combustible, ya que supone un gran peligro en todas las zonas de traslado: carretera, en la navegación e incluso para el medio ambiente”.