
Tremenda desgracia la ocurrida en la localidad de Barbate con la muerte de un hostelero de 50 años tras sufrir una descarga eléctrica.
En concreto, según la información que ha trascendido del suceso, un hostelero barbateño, de unos 50 años de edad, ha muerto en la mañana de este martes, día 15 de junio, en su local, llamado Casa Cayetana, que se encuentra ubicado en la Avenida del Río, supuestamente por una descarga eléctrica.
Una avería de agua en el establecimiento en el que se encontraba trabajando podría ser la causa del suceso, aunque aún se está investigando, según las propias fuentes municipales.
Los primeros indicios aclaran que el hombre llegó temprano al bar para trabajar encontrándose el suelo encharcado. Posteriormente, el contacto con la corriente eléctrica provocó la descarga.
Los equipos de emergencias que se personaron en el local, no han podido hacer nada por su vida, certificándose el fallecimiento.
Otros sucesos en la provincia de Cádiz
Pero la provincia de Cádiz ha sido escenario de otros sucesos en las últimas horas. Otro duro golpe contra el narcotráfico en la provincia de Cádiz al desmantelar un clan familiar formado por 7 personas, entre ellas 4 mujeres y 3 hombres. Esta banda criminal será juzgada por tráfico de drogas, al dedicarse a la venta y distribución de hachís a un gran número de vendedores de esta sustancia, la mayoría asentados en la capital de Cádiz.
Los encargados en desarticular esta red de narcotráfico han sido los agentes de la Policía Nacional, quienes descubrieron hace varios meses que varios vendedores al por menor, se desplazaban hasta el barrio de Puntales para adquirir los diferentes lotes de hachís.
Clan familiar
En dicho barrio es donde se encontraba afincado el cabecilla del clan, un hombre de 35 años, que dieron con él y con su identidad, gracias a las investigaciones y vigilancias de la Policía Nacional.
Los agentes encontraron que la entrega de la droga se realizaba en el domicilio del cabecilla del clan familiar, cuyo alias es "Tuly", y también en el domicilio de otro familiar. En estos inmuebles permanecían escasas horas o minutos, y solo guardaban el hachís que iban a vender cada día, nunca en grandes cantidades.