La introducción de la nueva cepa en el país fue identificada por una herramienta de monitoreo genético desarrollada por investigadores del Centro de Integración de Datos Conocimiento para la Salud (Cidacs), de la Fiocruz con sede en Bahía.
En colaboración con el Instituto Gonçalo Moniz, la Facultad de Tecnología y Ciencias (FTC), la Universidad de Salvador (Unifacs) y la Escuela de Medicina y Salud Pública de Bahiana (EBMSP), los científicos de la Fiocruz analizaron 248 secuencias disponibles en bases de datos públicas desde 2015 y encontraron que la cepa circuló en Brasil en 2019 en dos estados geográficamente distantes: Río Grande do Sul (sur) y Río de Janeiro (sudeste).
"Tomamos estos datos y los analizamos, seleccionamos las secuencias de Brasil y mostramos la frecuencia de estos tipos virales año tras año. El principal hallazgo es que vemos una variación de subtipos y linajes a lo largo de los años, y en 2019 aparece, aunque sea pequeño, un linaje que hasta ese momento no se describía circulando en el país", explica Artur Queiroz, uno de los líderes del estudio.
Según el científico, se conocen dos cepas del virus zika: la asiática y la africana (que se subdivide en oriental y occidental) y el nuevo tipo encontrado en Brasil es de origen africano.
El estudio señala que por la distancia geográfica y la diferencia del que hospedó la cepa (una se encontró en un mosquito "primo" del Aedes aegypt, el Aedes albopictus, y la otra en una especie de mono), este tipo de zika ha estado circulando en el país durante algún tiempo.