viernes. 19.04.2024

Un turista muere en Egipto y repatrían el cuerpo sin corazón ni riñones

Le practicaron la autopsia en el mismo Egipto sin la petición de los familiares

En el Quijote podemos leer la famosa frase del ilustre hidalgo: “Cosas veredes, querido Sancho”. Afirmación que no pierde vigencia. Porque vemos -¡leemos!- a diario cada noticia que enseguida nos deja boquiabiertos. Estupefactos. Sin dar crédito a cómo, en efecto, la realidad la mayor de la veces supera con creces la ficción.

Ha sucedido en Egipto. David Humphries, un turista británico, de 62 años estaba disfrutando de una vacaciones familiares. Mientras jugaba con sus nietos, en un balneario, se desmayó. Seguidamente fue ingresado en un hospital local de Makadi. Lamentablemente falleció varios días después. Cinco días antes había estado visitando al médico por unos fuertes dolores torácicos.

Al morir David se le practicó una autopsia que precisamente la familia jamás había pedido ni autorizado. La desagradable sorpresa, el desafuero, llegaría después. Repatriaron el cuerpo al Reino Unido, en concreto ocho días después de que la familia volara a casa. Entonces un forense ordenó que se examinara el cadáver. Entre otras cuestiones porque no era lícito que se le realizara la autopsia sin el permiso de la familia.

¿Qué descubrieron tras este sí autorizado examen del cadáver? Pues que el corazón y los riñones no estaban. Así como se describe. Su mujer, como es natural, exige que se aclare lo ocurrido al tiempo que lamenta que “ya es bastante malo tratar de aceptar su muerte”. Un dato revelador: David es el tercer turista británico que ha fallecido en Egipto por circunstancias parecidas. La extracción total de órganos es ilegal en el país para intentar reducir el tráfico de los mismos.

Un turista muere en Egipto y repatrían el cuerpo sin corazón ni riñones