
Al ver a Susana Griso en su programa "Espejo Público" de Antena 3 intentando justificar el apuñalamiento en un instituto de Jerez de la Frontera basándose en las declaraciones de algunas compañeras del chico y docentes del centro educativo que señalan que el joven es "autista", no puedo evitar sentir indignación. "¿Ves? Ya hay confirmación", comenta la reportera al escuchar a una niña de 13 años. ¿Qué puede saber una adolescente sobre lo que es o no es TEA, y que de sr así fuera causa del hecho? Y, al igual que Griso, numerosos periodistas en Jerez, así como plumillas regionales como nacionales, dirigen la diana a todo un colectivo de familias (porque señalar a una persona con autismo es, en cierto modo, señalar a sus familias) como el motivo de la agresión. "Tiene autismo, por eso ha pasado, claro que sí"...
Este tema me concierne directamente, tanto como familiar como experto en Autismo e Intervención Psicoeducativa. Es probable que en todo caso de estar hablando de un joven autista estemos realmente ante un chico con síndrome de Asperger, un adolescente que enfrenta desafíos en sus relaciones sociales, y que incluso se estará investigando ya si ha sido víctima de acoso escolar (bullying). Al hablar de autismo se está poniendo el foco en las personas con TEA, las cuales no suelen premeditar acciones violentas. Es poco probable que un joven con autismo severo esté en un instituto público de Jerez siguiendo con normalidad el mismo currículum educativo.
El hecho de que el día anterior varios compañeros le tiraron encima agua caliente y le amenazaron con que no se el ocurriera ir al Instituto, según afirman a los medios compañeras del presunto agresor, habla de que el chico habría premeditado el ataque por presunta venganza. Una persona con TEA no premedita, no desarrolla por sí solo un plan de acción.
Si acaso estuviéramos hablando de un caso leve de Asperger, podría ser un detalle menor, algo anecdótico, en el contexto general que tratamos, pero algunos medios, por desconocimiento, se centran en el autismo de forma general sin reflexionar sobre las consecuencias de sus palabras.
Las familias de niños con autismo han recorrido un largo camino para lograr la integración en el aula y conseguir más docentes y monitores (pues sin estos es casi imposible que estén sentados en una clase sin levantarse, hablar, correr entre los pupitres...). Ahora, algunos periodistas, por ignorancia, ponen en peligro estos avances al asociar el autismo con actos premeditados y violentos. Un niño con autismo no va a clase sólo ni sigue las mismas sin ayuda, por lo que es importante que los medios diferencien bien los tipos para no generalizar.
El autismo no es una enfermedad, sino una condición que hace que la persona piense diferente
Los niños con autismo son diferentes, tienen sus particularidades, sí. Ellos tienen su mundo, sus gustos, sus manías (estereotipos), pero no son inherentemente agresivos. Es cierto que hay casos más severos donde pueden presentar autolesiones o agresiones hacia sus familiares, pero estos no son la norma y obviamente estos chicos no van a tercero de la ESO a un Instituto público de Jerez.
La mayor parte de niños con autismo son introvertidos, pasan de tu mundo, y de ti depende si quieres formar tú parte del suyo. Esto requiere paciencia y empatía, si les gusta un comic hablarles de ese comic, si les gusta los planetas llevarle un planeta de juguete y ver como interactúa contigo, pero la relación nunca va a ser sencilla, es un trabajo de día a día.
Un niño con asperger tiene más facilidades para interactuar, puede llegar - si su nivel de afectación es leve -a sobrellevar los cursos e incluso ser muy brillantes académicamente, pero siempre puede presentar desafíos en el área de comunicación, de conocer y entender los límites de sus acciones y las repercusiones en los demás.
Es irresponsable y peligroso atribuir un acto delictivo al autismo
El hecho de que se coloque como causa de un hecho delictivo el Autismo es una acción que puede conllevar a provocar miedo en personas cuyos hijos estudian en centros en los que se integra a chicos con TEA. Esto no debe de pasar, este miedo no tiene sentido, porque esa causa-efecto no es cierta.
Estos periodistas son ignorantes, no saben que los niños con autismo son en su inmensa mayoría cariñosos, no saben que sacarles una sonrisa es una de las mayores alegrías para sus padres, no saben que estos niños abrazan a sus hermanos y a sus familiares con un amor tan puro que ni podemos llegarnos a imaginar. No saben diferenciar entre grados de TEA, o entre Autismo y Asperger, o incluso con una persona con graves dificultades para relacionarse. No saben el daño que pueden hacer sus palabras. No saben, y el esfuerzo de saber vale la pena.