
El pasado domingo, agentes de la Policía Nacional desarrollaron un importante y exhaustivo dispositivo en las inmediaciones del Cortijo de Ducha, a las afueras de Jerez de la Frontera, por el hallazgo del cuerpo sin vida de una mujer en el fondo de un pozo de riego agrícola. Horas después se dio a conocer que se encontraba descuartizado y cubierto con escombros, así como que había un detenido por su presunta relación con los hechos.
Las primeras hipótesis apuntaban a que el cadáver podría corresponder a Buran Forouzan, una mujer iraní a la que se le perdió el rastro en Jerez hace más de dos meses y con la que presuntamente mantenía algún tipo de relación por las que el detenido pagaba un dinero.
En su momento, la Policía Nacional alertó de la desaparición de esta mujer de 64 años asegurando que podría haber desaparecido de forma involuntaria, forzosa y con riesgo para su vida. La última vez que fue vista fue abandonando el albergue municipal donde residía.
A la espera de conocer nuevos datos -aunque la actuaciones han sido declaradas secretas- los investigadores de UDEV central y de la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría de Jerez están realizando las diligencias oportunas para identificar a la persona fallecida y esclarecer las circunstancias de su muerte a través de una cronología de los hechos.
Registro de la casa del detenido en Picadueñas
En relación al detenido, en las últimas horas han trascendido nuevas informaciones que confirman lo que ya adelantó El MIRA. Se trata de un hombre de avanzada edad, entre 70 y 80 años, y que cuenta con antecedentes policiales por hechos similares y por los que cumplió 15 años de prisión.
El hombre, que permanece en los calabozos de la Comisaría de la Policía Nacional de Jerez a la espera de que pase a disposición judicial en los próximos días aunque inicialmente no se espera que lo haga durante el día de hoy, ha confesado el crimen y que mantenía relaciones esporádicas con la mujer de nacionalidad iraní desaparecida el pasado mes de julio en este mismo municipio.

Igualmente, agentes de la Policía Nacional han desarrollado durante las últimas horas un registro en una de sus propiedades, una vivienda en la barriada de Picadueñas donde podría haberse hallado un hacha, arma con la que presuntamente habría cometido el crimen.
Es por ello que se está investigando una supuesta relación entre el hallazgo del cuerpo sin vida de una mujer, escondido a gran profundidad en un pozo agrícola, con la desaparición de la iraní de 64 años, quien fue vista por última vez abandonando el albergue municipal en el que residía.
No obstante, la autopsia será la que finalmente determine la identidad de la víctima, cuyo cuerpo se encuentra en el Instituto de Medicina Legal de Cádiz, donde también se determinará las causas de su muerte. En el dispositivo han participado especialistas de la Unidad de Subsuelo, Policía Científica y Unidad de Medios Aéreos.