viernes. 19.04.2024
Tortuga marina
Tortuga marina

Las autoridades locales de la isla de Madagascar han informado de la muerte de 19 personas, entre ellas 9 menores de edad, por la ingestión de la carne de una tortuga. Además se han registrado 34 hospitalizaciones por la misma intoxicación alimentaria producida por este reptil. 

Tal y como informan medios locales, la carne del animal fue distribuida por los pescadores a varias familias del mismo municipio y el resto fue vendida también en un mercado local. Las autoridades sanitarias alertan de los riesgos del consumo de la carne de este tipo de reptiles durante la temporada de verano en el hemisferio sur. 

El motivo de esta intoxicación, que no es la primera vez que se produce, es que las tortugas consumen un tipo de algas que durante las temporadas más calurosas resultan tóxicas para el ser humano. 

En Madagascar es habitual que se produzcan estas intoxicaciones y que, de vez en cuando, haya que lamentar víctimas mortales. El último episodio registrado, según la autoridades, data del año 2018 cuando en el norte de la isla murieron 16 personas por una intoxicación similar. 

Aparece muerta una gran tortuga boba en Almería

La Guardia Civil ha participado junto con personal técnico de Equinac en la recuperación de un espécimen de tortuga boba --'Caretta caretta'-- varada y sin vida en la playa de San José de Níjar (Almería).

Según ha indicado la Comandancia en una nota, fue sobre las horas 12,20 horas del pasado sábado 20 de marzo. El Servicio de Emergencias 112 activó la red de varamientos de Equinac y a los agentes de la Guardia Civil tras el hallazgo del ejemplar.

Equinac es la ONG autorizada por la Dirección General de Biodiversidad, bosques y desertificación del Ministerio de Transición Ecológica. El objetivo de este personal es atender los varamientos de tortugas marinas y cetáceos en el litoral de la provincia de Almería. El mismo cuenta con más de 15 años de experiencia velando por la conservación de la fauna marina.

La tortuga, de gran envergadura y con un caparazón de 75 centímetros de largo, estaba muerta. El cadáver no llevaba microchip, no estaba marcado y tampoco presentaba algún signo de haber pasado por un centro de recuperación.

19 muertos, entre ellos 9 niños, intoxicados por comerse una tortuga