jueves. 25.04.2024

Familia descubre cámara oculta espiándoles en el alojamiento que habían reservado

Las imágenes se estaban emitiendo en vivo por streaming

El tema de las cámaras ocultas está a la orden del día. Y no como aportación en positivo, sino todo lo contrario. Y es que "en shock" y con "un sentimiento horrible"; así se quedó una familia oriunda de Nueva Zelanda al descubrir que estaban siendo víctimas de una flagrante invasión de la privacidad en el alojamiento que habían contratado para hospedarse en mitad de un viaje por Europa. Invasión de la intimidad. Invasión de la privacidad...

En el lugar de los hechos se escondía un ojo voyeur. En el domicilio de Cork, Irlanda, en el que decidieron hospedarse había una cámara oculta camuflada bajo lo que parecía ser un detector de humo. Un simple detector de humo. Sin embargo, y como certificó el padre de la familia, que precisamente es experto en seguridad informática, las imágenes que estaba registrando el dispositivo se estaban emitiendo en vivo por streaming.

Una noticia que vuelve a las andadas en cuanto a su temática se refiere. Si a finales del mes pasado salía a la luz que en Corea del Sur miles de clientes habían sido grabados en sus habitaciones de hotel con cámaras ocultas que retransmitían todo en Internet, llegando a ofrecer incluso contenido exclusivo previo pago, ahora es un alojamiento ubicado en Cork, Irlanda, el que se erige como epicentro de un escándalo de índole similar. Ya sólo se puede uno encontrar seguro -de observaciones externas- en su propia casa-

En este caso, ha sido una pareja la que ha denunciado, a través de Facebook, el descubrimiento de una cámara espía instalada en el interior del alojamiento que habían contratado mediante la popular plataforma Airbnb. Nealie y Andrew Baker, oriundos de Nueva Zelanda, se encontraban con sus cuatro hijos y un sobrino realizando un viaje por Europa cuando decidieron hospedarse en este lugar. En mala hora tomaron esta decisión. ¡Quién iba a imaginarlo!

Fue Andrew, quien precisamente trabaja en el sector de la seguridad informática, el que al llegar al alojamiento realizó un escaneo de la infraestructura de la red Wi-Fi a través de una aplicación en su móvil, y se topó con la desagradable sorpresa: los datos arrojaban que había una cámara instalada en alguna parte, y se dispuso entonces a averiguar exactamente dónde. La búsqueda fue, en efecto, muy fructuosa.

La respuesta no tardó tampoco en encontrarla: se encontraba camuflada entre lo que parecía ser “una alarma de humo” o un detector de monóxido de carbono, “en el salón”. Inmediatamente, lo primero que hizo la familia fue ponerse en contacto con Airbnb, y sin una solución inmediata, también telefonearon después al dueño del alojamiento, quien en un primer momento les colgó y posteriormente atendió a la llamada para asegurar que sólo había una cámara instalada, sin querer especificar si estaba emitiendo esa señal por streaming, capturando el audio o qué estaba haciendo con esas imágenes.

Andrew ya lo sabía: desde el dispositivo oculto instalado en el techo se estaba emitiendo vídeo en vivo, y de hecho, se hicieron una foto para tener una prueba irrefutable de lo que estaba pasando. Una prueba que ahora se hace viral. Una prueba del algodón de este hecho delictivo. Ante tal situación, y tras cubrir la lente de la cámara oculta, como explica Ars Technica, inmediatamente optaron por marcharse a un hotel y denunciar formalmente lo sucedido.

Familia descubre cámara oculta espiándoles en el alojamiento que habían reservado