martes. 16.04.2024
Mitos sobre el autismo que se niegan a desaparecer

Los trastornos del espectro autista o TEA llevan aparejadas infinidad de falsas creencias que han mostrado una notable capacidad de arraigo en la sociedad pese a los estudios científicos que las contradicen.

1- Es un trastorno no una enfermedad

Así, si comenzamos por la mera caracterización del autismo tiende a definirse como enfermedad cuando el hecho de que no se hayan identificado sus causas lo ubican dentro de la categoría de los trastornos.

2- No lo provocan factores genéticos

Igualmente, se le atribuyen infinidad de detonantes que son completamente erróneos, hablándose de factores genéticos que la ciencia a día de hoy no ha sido capaz de identificar, decantándose los estudios más por una explicación multicausal todavía no determinada.

3- Las vacunas no tienen nada que ver con el autismo

Aunque en este sentido, la interpretación más perniciosa que se ha propagado es que el problema lo provocan las vacunas, una falsa creencia que ha gozado de mucho arraigo en ciertos ambientes y que resulta particularmente dañina en un contexto como el actual, en el que la vacunación tiene un papel insustituible para poder dejar atrás la pandemia de coronavirus.

4- Que no tenga cura no significa que no tenga tratamiento

Además también tiende a confundirse que el autismo no tenga cura con que no pueda tratarse, cuando existen múltiples intervenciones a diversos niveles (psicología, terapia ocupacional, logopedia) que se han mostrado muy eficaces a la hora de contrarrestar los síntomas inherentes al TEA.

Asimismo, se pueden desarrollar esfuerzos adaptativos en muchos campos, sin ir más lejos en el esencial ámbito educativo, por ejemplo con material escolar para niños autistas.

5- Todos los casos de autismo no son similares

Otro mito erróneo común es que el autismo es homogéneo, es decir que afecta en todos los casos de manera similar, cuando precisamente el acrónimo TEA contiene el término espectro, lo que significa que hay una gran variabilidad en cuanto a los grados de afectación.

6- Las personas autistas no prefieren aislarse y no son incapaces de comunicarse

Al igual que tampoco es correcto que las personas autistas no quieran comunicarse y prefieran permanecer aisladas de los demás, ya que pese a que haya un retraimiento de las habilidades comunicativas no se puede asociar esto a una cuestión volitiva, existiendo por otro lado una gran variedad de casuísticas en lo referente a las capacidades en este campo, que siempre se pueden mejorar además con el desarrollo de terapias especializadas.

7- Un trastorno del espectro autista no conlleva forzosamente discapacidad intelectual

Asimismo, también es errónea la asociación automática que se suele realizar entre autismo y discapacidad intelectual. Si bien es cierto que los trastornos del espectro autista pueden conllevar comorbilidades como esta, según todos los estudios científicos en el caso de las discapacidades intelectuales solo afectan a aproximadamente un 30% de las personas que padecen el trastorno.

Así, como se puede comprobar son muchos los mitos que rodean al autismo, resultado esencial que todas estas falsas creencias sean erradicadas para una óptima percepción social de este espectro de trastornos, lo que repercutirá positivamente tanto en las personas que los padecen como en sus familiares.

Mitos sobre el autismo que se niegan a desaparecer