jueves. 28.03.2024

Recibe 246 multas por valor de unos 50.000 euros de una ciudad donde nunca estuvo

El joven protagonista de este entuerto está sobrepasado por la situación

Siempre se ha dicho que el peligro puede rondar en cualquier momento a nuestro alrededor. De un modo previsto o imprevisto. Imaginable o inimaginable. Visible o incluso invisible. Pero que el peligro nos golpee allí donde nunca estuvimos parece, de entrada, un hecho sobrenatural.

Es cuanto le ha sucedió a un joven coruñés, de nombre Alberto. Ha acumulado, de una sola tacada, y sin saber cómo ni cuándo ni el porqué, un total de 246 multas de tránsito de una ciudad en la que jamás estuvo. No estuvo ni siquiera de pasada.

A más inri el valor total de las sanciones asciende a un valor de 48.500 euros. Casi 50.000 euros. Lo tenía prácticamente como un ritual. No macabro pero tampoco gracioso. Era llegar a su casa, abrir el buzón de las cartas y encontrarse, junto a la clásica propaganda de supermercados y grandes almacenes, una más que probable multa.

En efecto no fallaba en su predicciones. Le han llegado hasta 246. La situación ya comienza a sobrepasarle. El número de multas no es moco de pavo. Ni el importe que se le exige pagar: 48.500 euros. Sin comerlo ni beberlo. Sin haber dicho ni mu. Sin haber hecho nada. Sin haber pisado el suelo de la procedencia de las multas.

¿Cuántas ilusiones podría pagarse Alberto con dicho monto? Las multas vienen de Nápoles. Alberto jamás ha estado en Nápoles. Ni en sueños ni en planes. De hecho jamás estuvo en Italia. Su asombro ya no tiene límites.

Una situación muy molesta que posiblemente se deba a algún error del agente sancionador a la hora de tomar los datos de la matrícula del coche infractor. Alberto ha decidido poner pies en pared y aclarar, como fuese, el entuerto. Él jamás tuvo el don de la ubicuidad y no se hizo presente en dos sitios a la misma vez.

Recibe 246 multas por valor de unos 50.000 euros de una ciudad donde nunca estuvo