Andalucía guarda en su extensión paisajes, aldeas y monumentos de extraordinaria belleza. Algunos gozan de la fama que merecen, muchos conservan el factor sorpresa pese a figurar en los podios de las guías y otros permanecen como secretos muy bien guardados.
El esplendor de esta tierra no coge al viajero desprovisto y sintetiza gastronomía, naturaleza y patrimonio en cada uno de sus destinos, ocho provincias con singularidades diferentes pero que aúnan encantos inigualables para el turista.
Las grandes ciudades y las zonas de playa suelen monopolizar el turismo en Andalucía, aunque la comunidad autónoma también cuenta con un sinfín de pueblos en los que pasear por sus blancas calles, visitar sus monumentos o admirar las vistas que ofrecen sus miradores es obligatorio.
5 pueblos maravillosos para despedir la ola de calor en Andalucía
La comunidad ha venido soportando en las últimas fechas una terrible ola de calor con temperaturas muy por encima de los ya de por sí elevados valores en esta temporada veraniega. Sin embargo, de momento, parece que toca a su fin.
Es por ello que desde ElMIRA vamos a hacer un repaso por cinco pueblos andaluces perfectos para hacer una pequeña escapada y maravillarnos con su belleza y mucho más ahora que parece que el calor se aleja por unas fechas.
Setenil de las Bodegas en Cádiz
Las laderas del tajo del río Guadalporcún han posibilitado la creación de uno de los pueblos más genuinos de la Sierra de Cádiz. En el interior de la provincia gaditana, se encuentra Setenil de las Bodegas, un enclave prehistórico sorprendente que esconde más de una maravilla.
La peculiaridad que entraña este pueblo blanco es su configuración paisajística. Las casas se hacen hueco entre las cornisas rocosas y el municipio se dispone en mitad de un laberinto de piedra y cal, un reducto urbano fruto de la geología y de una arquitectura imponente.
Zuheros en Córdoba
Los primeros pobladores de Zuheros, los Banu Himsi, llegaron a estas tierras hacia finales del siglo IX. Este grupo de musulmanes se asentarían en una zona de peñascos denominada Sujayra (y que dan nombre al pueblo) y sobre uno de los riscos construyeron el imponente castillo que preside Zuheros. Desde las alturas del castillos, la panorámica del entorno es extraordinaria.
Zuheros está envuelto en un océano de olivos y gobierna la Subbética desde el enorme peñasco en que se sitúa. Sus calles son laberintos de cal que esconden plazuelas, recodos y miradores de enorme belleza. No es de extrañar que hayan designado su casco histórico como Bien de Interés Cultural y se considere Zuheros como uno de los pueblos más bonitos (y singulares) de España.
Soportújar en Granada
A nadie se le escapa que las Alpujarras granadinas encierran más de un pueblo con encanto encaramado en las montañas. Más allá de Trevélez, Lanjarón o Pampaneira destaca el poderoso Soportújar. Posiblemente uno de los pueblos más singulares de Andalucía, conocido también como el pueblo de las brujas.
Sus casitas encaladas se apiñan en esta ladera de la montaña que otrora acogió una alquería y que en invierno lo baña todo de nieve. Amén de la leyenda, en esta tierra se establecieron gentes del norte que consigo trajeron aquelarres y costumbres paganas.
Júzcar en Málaga
Reconocer Júzcar no es tarea prodigiosa; el azul preside cada rincón de este municipio que se adivina entre las colinas. El icónico municipio malagueño acogió el estreno mundial de la película Los Pitufos. Para la ocasión se decidió pintar todo el municipio de azul convirtiéndose en todo un fenómeno del turismo rural.
El ya conocido pueblo Pitufo, situado en el Valle del Genal, conserva este característico tono que merece la pena venir a admirar.
Osuna en Sevilla
Aunque este municipio sevillano se ha ganado a la fuerza el reconocimiento internacional por su participación en Juego de Tronos, su oferta turística va más allá. Es difícil desprenderse de los hitos que marcan la fama, pero es que a Osuna no le hacía falta una superproducción para embellecer esta pequeña ciudad sevillana. La parte alta del municipio tiene más de 3.000 años de historia por donde han pasado distintas civilizaciones.
Sobre la cuesta más incipiente del municipio se encuentran sus tres monumentos más representativos: el Convento de la Encarnación, la Universidad de la Purísima Concepción y la espectacular Colegiata