La mala racha del Málaga Club de Fútbol empieza y acaba en el mismo lugar. Todo comenzó cuando el equipo salió del estadio La Rosaleda y terminó cuando se reencontraron. El club blanquiazul ha hecho de la Costa del Sol un fortín, el lugar donde, pase lo que pase, todo se soluciona. Tanto es así que la última victoria cosechada por el Málaga fue en la jornada 5 ante el Girona, el último partido que jugó en casa.
Las jornadas 6 y 7 trajeron las dos derrotas sufridas en Ponferrada y en Gijón. Los de José Alberto López no fueron capaces de levantar cabeza lejos de Andalucía. Es cierto que el equipo estaba dejando sensaciones muy distintas en los partidos que jugaba en casa y en los que jugaba fuera, como locales se veía a un equipo concentrado, completo y con aciertos defensivos y ofensivos. Sin embargo, como visitantes el equipo estaba desorientado, incapaz de ver portería y con muchos errores defensivos.
Teniendo en cuenta que la temporada casi acababa de comenzar, todo esto solo eran especulaciones, pero ahora se ha convertido en un hecho: el Málaga no volvió a conocer la victoria hasta que volvió a pisar el césped de La Rosaleda.
Victoria por 1-0 ante el CF Fuenlabrada
Este reencuentro sucedió el pasado domingo. Los malagueños, concretamente 12.831 en su vuelta al estadio, abrían las puertas de su casa al Fuenlabrada. El Málaga necesitaba mejorar su imagen, mostrarse como un equipo sólido y así lo hizo. Tenía que llevarse la victoria y un golazo de Peybernes a la media hora fue suficiente para conseguirlo.
Aunque no todo fue color de rosa, los de José Alberto siguieron mostrando dudas en defensa, sobre todo antes del gol que les dio la victoria. El segundo tiempo comenzó de cara para el Málaga, pero todo empezó a cambiar cuando Ramón tuvo que retirarse lesionado y Peybernes casi tuvo que hacer lo mismo en una jugada en el minuto 64.
A partir de la entrada de Sekou al terreno de juego en el 74, el partido se puso cuesta arriba, los errores se maximizaron y el Fuenlabrada no dejaría de buscar el empate. Mientras, el Málaga se defendió, con éxito, de todos los intentos que sus visitantes hicieron para cambiar el marcador. Los de la Costa del Sol supieron mantener el 1-0 que les aleja de los puestos de descenso.
Se siente cómodo en La Rosaleda
Es un hecho del que nadie duda que el Málaga ha encontrado en su estadio la fórmula para ser feliz. De los cuatro partidos que han jugado como locales, tres han acabado en victoria y uno en empate: 10 puntos de los 12 posibles. No ha recibido ningún gol en las porterías de La Rosaleda y ha anotado cuatro.
Esta bonita e idílica realidad dista mucho de la que viven los malaguistas lejos de casa. Como visitantes, los de José Alberto tan solo han conseguido un punto de los 12 que había en juego: tres partidos han acabado en derrota y uno en empate, logrando tres goles a favor y encajando 10 en contra. El Málaga tiene que aprender a ganar sin el calor de estar en casa.
