El Sevilla FC hizo los deberes ante el Copenhague (3-0) para continuar con esperanzas de seguir vivos en la Champions League. Los goles de En-Nesyri, Isco y Montiel, todos en el segundo tiempo, dan al Sevilla una importante victoria que certifica la presencia en la Europa League y la posibilidad de soñar con una milagrosa clasificación que dependerá de lo que ocurra en el Borussia Dortmund - Manchester City. Pese al abultado resultado, los de Sampaoli no tuvieron su mejor partido, que mejoró notablemente en una segunda parte en la que tiró de casta y coraje.
No tenía margen de error el Sevilla FC ante el Copenhague. Una derrota, e incluso el empate, complicaban las opciones sevillistas de al menos recalar en la Europa League, pues pasar a la siguiente ronda quedaba prácticamente imposible. Depender del Borussia y la visita al Etihad en la última jornada del grupo no invitaban al optimismo en Nervión.
El Sevilla salió bastante enchufado al partido. Ante un equipo que todavía no había hecho un gol en los cuatro encuentros de Champions League anteriores, los de Sampaoli salieron a buscar un gol tempranero que disipase las dudas.
Espeso primer tiempo del Sevilla
El arreón inicial sevillista fue solo eso, un arreón que pronto iba a diluirse. Al Sevilla se le notaba espeso en la creación. No estaban finos Jordán y Rakitic, a los que le estaba costando un mundo lograr el control que necesitaban para encerrar a los daneses y comenzar a fabricar ocasiones.
Los de Nervión lo intentaron con algún tímido disparo de Suso, pero sería el Copenhague el que iba a tener en las botas de Haraldsson una gran oportunidad que obligó a Dimitrovic a estirarse para enviar el balón a córner.
A continuación, la tuvo también Daramy, que puso un pase de la muerte que no encontró a ninguno de sus compañeros. El Sevilla se libraba en los minutos de más incertidumbre. Y tampoco tuvo suerte con una peligrosa contra en la que el linier señaló fuera de juego y Dolberg se quedaba solo ante el portero.
Las sensaciones no estaban siendo nada buenas en un Pizjuán que empezó a impacientarse ante los pobres minutos de su equipo antes de topar con el descanso.
Sampaoli dio con la tecla y llegó el gol
Tras el descanso, En-Nesyri entró al terreno de juego en el sitio de Dolberg, que fue sustituido después de una discreta actuación. Nada más comenzar el segundo tiempo, el Copenhague estrelló un balón en el palo tras la salida de un córner que enmudeció por un momento el Pizjuán.
Después de unos primeros momentos de tanteo, Isco metió el veneno a su equipo con un disparo que obligó exhibirse al guardameta. A la salida del córner, el VAR llamó al colegiado para que chequease una posible mano dentro del área. Cuando ya se celebraba casi el penalti, el árbitro decidió revisarlo y decidió que no había nada en la jugada.
A los pocos minutos, el que la tuvo de verdad fue el Copenhague con un contragolpe que desnudó a los de Nervión. Haraldsson encaró solo el arco pero no lo pudo hacer peor e intentó una vaselina a Dimitrovic que no le salió.
Y en Champions League el que perdona lo termina pagando caro. En la siguiente jugada, En-Nesyri (60') cabeceó a la red un balón milimétrico del Papu Gómez. Celebraba el Sevilla que por fin podía respirar tranquilo en el partido.
Pero la mala fortuna se cebó con el héroe del día en el Sevilla FC. Tan solo 10 minutos después de poner por delante a los suyos, el goleador marroquí, que tan solo llevaba 25 minutos sobre el césped, abandonó el terreno de juego cojeando. En su lugar, Rafa Mir ocupó el puesto como referencia ofensiva.
Isco y Montiel ponen la fiesta en el Pizjuán
Los últimos compases de juego fueron un ejercicio de supervivencia. Los daneses buscaban volcados el gol del empate, y a punto estuvieron de lograrlo, sino llega a ser porque el cabezazo Diks se topó con un milagroso larguero que iba a salvar al Sevilla.
Entre tanto resistir, al Sevilla le iba a quedar una última e Isco (88') iba a hacer la maravilla de la noche. El malagueño volvió a ser el mago que fue y puso a la escuadra un maravilloso disparo que terminó por liberar del nerviosismo al Pizjuán, que ya pudo respirar en paz y celebró la clasificación a la Europa League y continúa con esperanzas de un milagro para llegar a octavos.
Para poner el broche final, Montiel (92') en el descuento aprovechó un rebote dentro del área para terminar de convertir en una fiesta un Pizjuán que sufrió más de lo esperado ante el Copenhague pese al abultado marcador.
