El Sevilla FC lo ha vuelto a hacer y estará en su séptima final de Europa League después de derrotar en la prórroga a la Juventus de Turín (2-1). El peso de la historia volvió a caer en favor del hexacampeón, el rey de una competición. Aunque la Juve logró ponerse por delante con el gol de Vlahovic, los de Mendilibar sacaron toda su casta y coraje para darle la vuelta al marcador. Suso forzó la prórroga con un gol antológico y Lamela confirmó la clasificación con un cabezazo en la prórroga que ya entra de lleno en la historia del sevillismo. El Sevilla estará en la final de Budapest donde buscará hacerse con su trono por séptima vez.
Cita con la historia en Nervión. En la temporada en la que se ha titubeado con el descenso, han pasado tres entrenadores por el banquillo, e incluso el infalible Monchi se ha equivocado, el Sevilla ha vuelto a plantarse en el mes de mayo en una nueva semifinal europea. Después del varapalo sufrido en el último minuto de la ida, el Sánchez-Pizjuán se vistió de gala para intentar derrotar a la Juventus estar en su séptima final de la Europa League.
Aupado por un Pizjuán que era una caldera, el Sevilla FC comenzó el partido mandando. Los de Mendilibar salieron con el empuje que pedía el partido. Sin dar un balón por perdido, buscando hacer daño a través de los extremos y obligando a los italianos a deshacerse rápido del balón.
Sin embargo, la primera clara cayó para el lado visitante. Por unos segundos pasó un ángel por Nervión antes de que Bono hiciese la primera intervención del partido. A la salida de un córner, Gatti, el mismo que hizo el gol de la ida, remató completamente solo un balón en el área, pero el meta sacó el balón con los puños
Pero para milagro el que iba a obrar Szczesny a los 24 minutos, sacando de la misma línea de gol un acrobático cabezazo de Ocampos. La réplica la tuvo la Juventus en siguiente jugada por mediación de Di María, que perdonó con una vaselina cuando ya estaba solo ante Bono.
Igualdad, intensidad y empate al descanso
El partido se rompió por momentos y Acuña rozó el gol de la noche con un lejano disparo al que Szczesny tuvo que meter la mano para enviar a córner. Rakitic también perdonó con una volea dentro del área, justo después de que Kean estrellase un balón en el poste que podía haber puesto por delante a la Juventus.
Pese a sus eléctricos acercamientos, los de Allegri estaban viviendo un auténtico calvario en Nervión. Óliver Torres, con un flojo remate de cabeza, y Lucas Ocampos, con un tiro que despejó el meta polaco, continuaron asediando la portería visitante.
Por si fuera poco, la Juve perdió a Fagioli por un choque con Gudelj y en su lugar entró Leandro Paredes. Sin embargo, esto no hizo que los bianconeri se viniesen abajo y casi consiguen dar la sorpresa antes del descanso con un gol de Rabiot, que para fortuna sevillista, fue anulado por fuera de juego.
El colmo para el Sevilla llegó justo antes del descanso con un posible penalti sobre Óliver Torres. La falta es clara. El pie está sobre la línea del área, pero el colegiado ni decidió ir a revisarla. Desde la sala VOR decidieron dejar seguir y la jugada quedó en nada para enfado del sevillismo que se marchó indignado a vestuarios.
Allegri cambió el partido y Vlahovic hizo el resto
El primer acercamiento de la segunda parte cayó del lado visitante con una gran carrera de Rabiot que terminó disparando a las manos de Bono. No tardó el Sevilla en contestar este acercamiento. Primero Badé con un tímido remate y luego Bryan Gil. El Sevilla estaba muy vivo, pero estaba perdonando demasiado.
Lo mismo la Juve, que tuvo en las botas de Rabiot otra clara ocasión para ponerse por delante. Con el partido en tierra de nadie, Nervión celebraba cada córner, cada saque de banda y cada acción de su equipo.
La Juve seguía acercándose al gol. Danilo peinó una pelota en el área y el balón lamió literalmente el poste. No había tiempo que perder y Mendilibar dio entrada a Suso en sustitución de Óliver Torres.
Sin embargo, el que de verdad cambió el partido fue Allegri. La doble sustitución de Di María y Kean por Chiesa y Vlahovic cambió el partido. En el primer balón que tocó, Vlahovic (65') se aprovechó de la dejadez de Badé para plantarse solo ante Bono y batirlo con una sutil picada para poner a la Juve por delante en la semifinal.
Suso empató la semifinal con un golazo
Ahora sí. El Sevilla iba en contra del reloj por primera vez en toda la eliminatoria. Lamela, recién recuperado de sus molestias, entró para sustituir a un Ocampos que no tuvo su noche. Y a falta de 20 minutos iba a llegar la esperanza.
Suso (71'), que recién había ingresado unos minutos antes al terreno de juego, hizo el que sería el gol de la noche. El gaditano se sacó de la manga un disparo impoluto, de esos que te hacen saltar el asiento. Nervión había pasado por una montaña rusa de emociones y ahora la Juventus era quien estaba contra las cuerdas.
El partido podía caer para cualquier bando. La amenaza de la prórroga estaba ahí, y eso era algo que el Sevilla no quería ni en pintura. A falta de dos minutos, Bryan Gil a punto estuvo de convertirse en héroe, pero el pie de Szczesny lo alejó de la gloria. Pero paradón el que le hizo a En-Nesyri a punto de cumplirse el tiempo. Un verdadero milagro que salvó a su equipo y mandó el partido a la prórroga.
Lamela, el héroe de la semifinal
Con todavía media hora de fútbol por delante al Sevilla le iba a sonreír rápido la suerte. El destino estaba escrito en rojiblanco y Bryan Gil se sacó desde la izquierda un centro que ya entra en la historia del sevillismo.
Erik Lamela (94') puso por delante en la eliminatoria al Sevilla con un cabezazo durísimo pegado al poste izquierdo. La bombonera de Nervión saltó por los aires, y no era para menos. El sevillismo celebraba de verdad por primera vez en toda la noche, aunque todavía quedasen 25 minutos de puro calvario.
Con el gol, Mendilibar ajustó las tuercas y decidió sacar a Bryan Gil del campo después del tremendo esfuerzo físico para fortalecer la defensa con Montiel. Al Sevilla le quedaba eso, defender y buscar un contragolpe que pudiera matar la semifinal.
Al descanso de la prórroga, Jesús Navas se quedó en el banquillo y entró Papu Gómez. 15 minutos por delante en los que Nervión llevó en volandas a los suyos en busca de una nueva final ante una Juve que no paró de insistir.
Los italianos se volcaron a la desesperada en los últimos minutos en los que el Sevilla iba a sufrir de lo lindo sin Acuña, expulsado por doble amarilla. Sin embargo, nada ni nadie iba a separar al hexacampeón de su séptima final de la Europa League. El Sevilla FC estará presente en la final de Budapest el próximo 31 de mayo.
